La deuda global continuó en ascenso al alcanzar un monto de 312 billones de dólares, afectando a la economía mundial, ya que se deben destinar más recursos al pago de intereses que a actividades productivas, advirtió el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF por sus siglas en inglés).
En el reporte del monitor de la deuda que dio a conocer este miércoles titulado “Cuidado con los riesgos ocultos de la deuda”, incluye la situación de México con un aumento de 38.9% del 2023 a 42.4% al segundo trimestre del 2024 en la proporción de sus pasivos gubernamentales respecto al producto interno bruto (PIB).
Detalló que el monto global de la deuda significó un incremento de más de 2 billones de dólares en el primer semestre de 2024, impulsado por China y Estados Unidos.
Mientras que los mercados emergentes alcanzaron niveles récord en la relación deuda/PIB al ubicarse en 245%, más de 25 puntos porcentuales por encima de los niveles previos a la pandemia.
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Según los analistas del IIF, se percibe poco interés por la consolidación fiscal, es decir para hacer fuertes ajustes en sus finanzas públicas para volver a un balance tras haberse endeudado para gastar más.
Dentro de ese contexto, el IIF espera que el nuevo ciclo de flexibilización de la Reserva Federal (Fed) en EU, acelere el ritmo de acumulación de deuda global.
Incluso advirtió que una preocupación importante que ven es la aparente falta de voluntad política para abordar los crecientes niveles de deuda soberana tanto en las economías maduras como en las emergentes.
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Factores estructurales, como el envejecimiento de la población y los importantes requerimientos de financiamiento para el desarrollo, estableció, mantienen elevadas las necesidades de endeudamiento de los gobiernos,
Alertó que lo anterior, plantea serias dudas sobre la productividad al ponerla en riesgo porque a mayor dependencia del gasto soberano y el consiguiente aumento de la deuda global y el pago de su servicio, está afectando el crecimiento desviando cada vez más recursos de usos más productivos.
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Ponderó que las proyecciones gubernamentales tienden a subestimar las necesidades de endeudamiento porque a menudo pasan por alto factores clave como los pasivos contingentes.
También se olvidan del costo para enfrentar el cambio climático que impulsará la deuda futura, y de que la fragmentación geopolítica impulsará el aumento del gasto en defensa como porcentaje del PIB.
Así, se proyecta que tan solo la deuda gubernamental, que representa una parte de toda la que el IIF considera en el ámbito global, casi se duplicará y alcanzará cerca de 200 billones de dólares en 2030.
El Instituto que agrupa a las entidades financieras más importantes en el mundo, toma en cuenta para su monitor de la deuda en conjunto la suma del endeudamiento de los hogares, del sector financiero y no financiero y la de los gobiernos.
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