Si bien el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) mejoró en la puntualidad de los despegues de vuelos, los aterrizajes suelen retrasarse más, afectando a los viajeros, señalaron expertos del sector de aviación.
Junto con la atención al pasajero, ambos factores siguen siendo un calvario debido a los pocos recursos que tiene la Secretaría de Marina (Semar) para darle mantenimiento a la terminal que administra desde octubre de 2023.
“La llegada es fatal”, dijo en entrevista Rogelio Rodríguez, titular de posgrado de la Cátedra de Derecho Aéreo y Espacial de la Facultad de Derecho de la UNAM, porque el avión se queda en patrón de espera dando vueltas por toda la Ciudad, debido a que le están dando mantenimiento a calles de rodaje, algún avión se está acoplando o hay otro en posición remota.
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“Las bandas de equipaje están descompuestas. Hay déficit de servicio, las revisiones las hacen con equipo de hace 20 años, no hay apoyo en tierra para el suministro de combustible”, detalló.
Carlos Torres, consultor de aviación, explicó que los vuelos internacionales tienen prioridad para aterrizar sobre los nacionales.
“Entre más lejano sea el vuelo, la puntualidad de llegada es mejor, pero si vienes de Querétaro te ponen en patrón de espera para que en algún momento puedas aterrizar”, explicó.
En top 20 mundial
El AICM quedó en el lugar número 18 entre los aeropuertos más puntuales de 2023, de acuerdo con la consultora Cirium, primera vez que figura entre los primeros 20, a causa del recorte de operaciones en horarios saturados que implementó la Semar en años recientes.
En 2022 la terminal redujo las operaciones de 64 a 52 vuelos por hora en horarios saturados y, desde el 8 de enero bajaron de nuevo, ahora a 43 vuelos por hora.
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Cirium considera a un aeropuerto puntual cuando el avión despega 15 minutos antes o después de la hora fijada. Bajo ese criterio, el año pasado 79.4% de los despegues desde el AICM salieron a tiempo.
Julio Zugasti, asociado senior del despacho de abogados Hogan Lovells, dijo que se debe considerar el criterio de Cirium para determinar la puntualidad, pues el ranking se enfoca sólo en los despegues. Pese a que el AICM no puede operar sus dos pistas de forma simultánea, al dar preferencia a los despegues puede llegar a la meta.
“Es una realidad que se está haciendo una reducción de operaciones y las aerolíneas usan aviones más grandes. Hay mejora, pero es importante que la experiencia de vuelo sea entera”, dijo
“No únicamente centrándose en los despegues, sino en todo lo que implica estar en un recinto aeroportuario, ya que se cubre un costo. Se debe invertir en instalaciones, parece que esta administración no quiere continuar con grandes obras en el AICM, como la reconstrucción de la Terminal 1, centros de seguridad para agilizar entradas y la experiencia del usuario”, indicó.
Mejoría desapercibida
Rodríguez explicó que el AICM define como salida a tiempo cuando todos los pasajeros están a bordo y le quitan los calzos a la aeronave, los cuales aseguran el tren de aterrizaje. Pero si el avión tarda otros 15, 20 o 30 minutos en despegar, eso ya no se considera un retraso.
“No hace sentido que aparezca entre los más puntuales”, dijo. “Pese a la estadística de puntualidad, no impacta en el usuario”.
Para el pasajero, el tiempo que toma documentar, pasar el filtro de seguridad, encontrar la sala de espera y abordar, para que después el avión se quede sin moverse en la plataforma porque está en fila esperando a despegar, resulta en una experiencia poco eficiente.
“Así, el AICM es puntual, pero según los criterios de salida y los comerciales de las aerolíneas que también quieren vender que son puntuales”, explicó Rodríguez.
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Torres coincidió en que la mejoría en la puntualidad del AICM se debe al primer recorte de operaciones en horarios saturados que, de alguna manera, aligeró la presión, así como al empate entre los horarios comercializados y los efectivamente ejecutados.
“Con la siguiente reducción de operaciones este año, más las operaciones que algunas aerolíneas han tenido que recortar por el asunto de los motores en Viva y Volaris, y los aviones Max de Aeroméxico en tierra, de alguna manera van a generar mayor puntualidad”, dijo.
“Pero no necesariamente hay mejores servicios. Siguen los cuellos de botella en migración y aduanas”.