Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) busca blindar los aeropuertos con equipos de seguridad y vigilancia capaces de convertirse en una “barrera” que evite el acceso no autorizado a zonas restringidas, introducción de artículos prohibidos a cabinas de las aeronaves y todo artefacto, acción u tentativa que pueda usarse para el intento de la comisión de actos de interferencia ilícita.
Mediante dos proyectos: Programa de Adquisición de Equipo de Seguridad de la aviación 2021 y Programa de Adquisición de Equipos para el servicio de Seguridad Operacional 2021, representa una inversión conjunta de 43.8 millones de pesos, el organismo pondrá a disposición de todos sus aeropuertos tecnología que ayude a reforzar las funciones del personal de seguridad:
Sistemas poncha llantas, de inspección de equipaje documentado y contenedores de explosivos, 19 binoculares, cinco equipos de respiración autónoma, tres de recuperación de aeronaves y 10 cámaras térmicas.
Información de la Gerencia de Seguridad de ASA detalla que, si bien hay elementos de seguridad en los accesos, es necesario colocar barreras físicas más eficaces para detener a cualquier vehículo no autorizado que intente ingresar por la fuerza a las zonas restringidas del aeropuerto.
En la inspección, aunque se dispone máquinas de rayos X, debido a las limitaciones del ojo humano, en muchas ocasiones, los artículos objeto de la inspección están escondidos dentro de otros espacios o inclusive en los pliegues de la maleta, lo que incapacita a inspectores para detectarlos de primera mano, elevándose el riesgo de la introducción de accesorios prohibidos.
Usualmente, agrega, la amenaza de una bomba es una carrera contra el tiempo en la que están en peligro los pasajeros, empleados, autoridades y usuarios en general del aeropuerto.
Lo que se busca es aumentar el campo de protección de todos los agentes involucrados en caso de que el tiempo sea insuficiente para que las autoridades realicen la desactivación de explosivos.
Detalla que esta acción se puede lograr con la adquisición de equipamiento que pueda contener la fuerza de destrucción de los explosivos en un aeropuerto.
Explica que actualmente los binoculares que emplean los aeropuertos de la Red ASA presentan abolladuras, mala calidad de la imagen, y en el peor de los casos ya no pueden ser utilizados por fracturas en sus componentes, al tiempo que equipos de respiración autónoma, en su mayoría, presentan mal estado de la placa electrónica,y fuga de aire en el diafragma de la mascarilla.
Igualmente para el servicio de salvamento de extinción de incendios (SEI) se carece de equipamiento que coadyuve y posibilite a los bomberos aeronáuticos en detectar las partes más calientes y de mayor riesgo en cualquier posible accidente aéreo.
Para el caso de recuperación de aeronaves, en caso de presentarse avería o destrucción total de una en las instalaciones más importantes del aeropuerto, la recuperación se realiza mediante la contratación de grúas o remolques que en coordinación con la aerolínea para removerla sin que ésta sea dañada aún más.
Sin embargo, al tener aviones de mayores dimensiones, así como de mayor especialidad, la dificultad para la ejecución de ese procedimiento es considerable.
ASA considera que los beneficios de estos programas van en función del aumento en los niveles de seguridad y respuesta para aeropuertos, además de los empleos que se pueden generar.