logró pasar la prueba de su primer año como gobernadora del Banco de México (Banxico) con un desempeño aceptable, enmarcado en un ambiente turbulento para los responsables de la política monetaria en el mundo que lidiaron contra la inflación.

Le tocó encabezar la Junta de Gobierno en momentos en que para muchos especialistas se necesitaba más que experiencia en pilotear la nave para asegurar que los aumentos de tasas de interés no causaran estragos recesivos en la economía, o bien, como se dice en el argot financiero, procurar “un aterrizaje suave”.

Algunos no le daban ni seis meses para aprender a conducir la política monetaria con autonomía y así cumplir con el mandato constitucional de mantener el poder adquisitivo de la moneda nacional e impedir que el impuesto de la inflación le cobrara más caro a los pobres la escala de precios de los alimentos.

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Para algunos analistas, el balance a un año es positivo, como dice el economista en jefe para América Latina de UBS , Rafael de la Fuente: “Ha tenido un manejo monetario correcto; no ha habido ningún traspié ni grandes instancias de inestabilidad financiera, al contrario, el peso ha sido de las monedas mejor comportadas”.

Visión que comparte la economista en jefe de Finamex, Jessica Roldán: “Fue adecuado para un año complicado”.

Pero quien sí se atreve a darle una calificación es el vicepresidente y codirector de inversiones de Franklin Templeton, Luis Gonzali: “Yo le doy un 7-7.5”, porque cree que tuvo un desempeño regular y le falta más comunicación y relación con los medios.

La mayor calificación, de 8.5-9, se la asigna al subgobernador de Banxico, Jonathan Heath , porque tiene más experiencia y habilidad para transmitir las decisiones de política monetaria.

A ninguno de los integrantes del órgano colegiado los califica con un 10 porque, en su opinión, nadie ha llenado los zapatos de Agustín Carstens por su gran capacidad de comunicar.

Sobre las declaraciones de hace unos días del exsubsecretario de Hacienda, Alejandro Werner, de que Banxico enfrenta las turbulencias con un piloto y copiloto sin experiencia, Gonzali enfatiza que en 2022 tuvimos a la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno menos preparada en política monetaria desde que la institución es autónoma.

“Estas críticas fueron muy válidas y creo que están en la cabeza de todos”, por eso estima que un reto importante será mantener afianzada la credibilidad para evitar erosionarla.

Reconoce que no implicó la debacle ni problemas por mal manejo, porque al final, Banxico es más que cinco integrantes de la Junta de Gobierno.

Al mismo tiempo, destaca que si bien no tiene experiencia, la gobernadora es una mujer dedicada a su trabajo y capaz que está adquiriendo conocimiento rápido.

“Hoy por hoy, es una persona más preparada de la que llegó y tiene el apoyo del equipo de Banxico; no está sola”, matiza.

Remando en la misma dirección

Sin embargo, todos reconocen que si bien 2022 fue un año muy complicado, Banxico de alguna manera la tuvo fácil, porque le siguió los pasos a la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.

Coinciden que en 2023 se verá verdaderamente la capacidad para maniobrar con base en condiciones internas y desacoplarse del banco central más influyente del mundo subiendo en menor grado o bajando su principal tasa de interés, que se encuentra en un máximo histórico de 10.5%, antes que lo haga la institución que comanda Jerome Powell.

“Ahí es en donde vamos a ver el pulso, no sólo de la gobernadora sino de la Junta de Gobierno”, indica Rafael de la Fuente.

Jessica Roldán puntualiza: “Donde se requiere la verdadera experiencia, más en conocimiento de temas y manejo de la política monetaria, es justo en este proceso en el que se está llegando a un punto de inflexión y en el que se está hablando ya del final del ciclo de subida de tasas”.

Gonzali reconoce también que Victoria Rodríguez Ceja ha sido buena por el lado de la gestión de política, con cierta continuidad al ir muy de la mano de la Fed y con posibilidad de desligarse este año.

Sorpresiva nominación

En diciembre de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador formalizó el nombramiento de Rodríguez Ceja como gobernadora de Banxico, después de retirar sorpresivamente la nominación del exsecretario de Hacienda, Arturo Herrera.

No se conocieron las razones del repentino cambio, pero se enfatizó que era el momento de que llegara la primera mujer al frente de Banxico en sus 96 años.

De inmediato surgieron dudas sobre su capacidad y experiencia, porque Rodríguez Ceja era sólo conocida como la subsecretaria de Egresos de Hacienda. Para calmar las dudas, grabó un video acompañada del titular de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, en el que ponderaba su promesa en caso de ser ratificada por el Senado: “Mi compromiso es el combate a la inflación, no tocar las reservas internacionales y cumplir con la autonomía de Banxico”.

Después, la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta aprobó por mayoría el dictamen con el nombramiento que pasó al pleno entre cuestionamientos por su falta de experiencia. Finalmente rindió protesta en el Senado con votos en contra de la oposición.

Así, en enero de 2022 entró en funciones como la primera mujer en encabezar el banco central y la tercera en integrar la Junta de Gobierno, después de Irene Espinosa y Galia Borja.

A un año de su llegada, Rodríguez Ceja ha respetado la autonomía. Las reservas internacionales están intactas y su voto en las ocho reuniones de la Junta de Gobierno en 2022 fue a favor de cuatro aumentos de 75 puntos base en la tasa de referencia, y cuatro dosis más de medio punto para encarecer el costo del dinero prestado, para combatir el brote inflacionario más importante de las últimas décadas, derivado de los estragos de la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania.

“Las expectativas eran bajas y en ese sentido, las superó; ha demostrado independencia, trae la cachucha de Banxico porque no ha existido una dominancia fiscal en la política monetaria y ha subido las tasas cuando fue necesario”, reconoce Gonzali.