Los beneficios fiscales que el Ejecutivo anunció hoy para Petróleos Mexicanos (Pemex) generarán mayores presiones a las finanzas públicas y al mismo tiempo significan incentivos perversos para la petrolera, aseguró Banco Base.
El nuevo apoyo que el gobierno federal le dará a la petrolera a cuenta del derecho por la utilidad compartida (DUC) de los meses de octubre, noviembre y diciembre, de 2023, así como enero de 2024, equivalen a un monto de 70 mil millones de pesos, estimó.
Esta medida, lejos de ayudar a Pemex, da incentivos perversos para que la petrolera siga operando como lo hace actualmente, provocando un mayor estrés financiero, sentenció.
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“Seguramente seguirá operando como hasta ahora en espera de que obtenga mayor apoyo en un futuro”, dijo la directora de análisis Económico y Financiero, Gabriela Siller.
Advirtió que eso constituye un reto importante para la siguiente administración que bien podría reducir a la mitad el tamaño de Pemex para poder liberar recursos de las finanzas públicas.
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También para pagar una buena parte de la deuda de la empresa, que es una de las más endeudadas en el ámbito global.
Así, afirmó que la situación de Pemex sigue siendo un riesgo importante para las finanzas de México, porque no se resuelve el problema desde la raíz, lo que se agrava en un año cuando aumentará el déficit fiscal.
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