Más de lo mismo, sin sorpresas y muchas presiones al gasto será el contenido del paquete económico para 2023 que entregará este jueves 8 de septiembre la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al Congreso de la Unión, anticipan analistas.
Será el segundo a cargo de Rogelio Ramírez de la O, tercer titular de la SHCP en lo que va del sexenio, mediante el cual se enfrentará un año retador con el fantasma de una recesión rondando y una elevada inflación en proceso de reversión.
No habrá novedades en ingresos, pues se ratificará el compromiso de no subir impuestos ni crear nuevos, pero se refrendará el combate a la evasión fiscal, con más terrorismo, consideran.
No se puede volver a prometer un monto histórico en gasto en inversión pública como se hizo para 2022, ya que a la fecha se observa un subejercicio.
Hace un año, Ramírez de la O destacó como lo más relevante del proyecto de presupuesto para este año una cifra sin precedente de un billón de pesos en inversión pública, equivalente a 3.1% del Producto Interno Bruto (PIB).
Ante la ausencia de una reforma fiscal, el deseo de los analistas es que los ingresos presupuestales, y sobre todo la recaudación de impuestos, se sustenten en un mayor crecimiento de la economía y no sólo en acciones fiscalizadoras.
De lo contrario, el presupuesto de 2023 no cumplirá con el objetivo de ser una palanca de desarrollo, advierten.
¿Responsable y realista?
El pasado 25 de agosto, Ramírez de la O dijo a diputados en la Plenaria de Morena que el paquete para 2023 será equilibrado, responsable y realista.
La directora de análisis económico y financiero en Grupo Financiero Base, Gabriela Siller, discrepa.
Por eso, la analista no se hace grandes expectativas, ya que, en su opinión, seguirán las premisas de siempre.
“Será más de lo mismo”, afirma, porque lo más seguro es que la estimación para el PIB será muy optimista. De presentar un pronóstico por encima de 2%, será “una ilusión”, afirma.
El promedio de las proyecciones de analistas y organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), arroja una débil expansión de la economía mexicana, que ronda 2%.
El consenso de analistas que participa en la encuesta del Banco de México cada mes también revisó a la baja su estimado para el PIB nacional de 2023, de 1.60% a 1.36%.
Siller consideró que poner un número mayor a 2% sólo será viable si la inversión pública distinta a los proyectos “estrella” del gobierno federal es considerable.
Sobre todo, advirtió, ponderando la posibilidad de que se materialice el riesgo de una recesión en Estados Unidos el próximo año.
Terrorismo fiscal
“Lo que esperamos es que contenga la asignación de recursos que apoye la reactivación económica, que no se concentren en programas particulares”, dice el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Alejandro Hernández.
El presupuesto debe servir para distribuirlo, sobre todo para la promoción de inversión, atención a la inseguridad y promover exportaciones, señala. Del lado de los ingresos, lo deseable es que su incremento sea a través de un crecimiento económico.
Si bien se ha reiterado que no aumentarán los impuestos ni se crearán otros, debe garantizarse el respeto a los contribuyentes, afirma.
“Me refiero al terrorismo fiscal, y todo ese tipo de cosas que usan. Si se va a respetar el no aumento de impuestos, está bien, pero que la mayor recaudación venga de una mayor productividad en el país y en la medida en que todas las empresas produzcan más, generen riqueza y empleos. Todo tiene que repercutir en más recaudación, y esa es la manera en que deben hacerlo”, puntualiza.
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