La madre de todas las recesiones. Este es el apelativo que le han otorgado los analistas del banco Unicredit a la crisis económica causada por el coronavirus. Una recesión con una profundidad que no tiene parangón en tiempos de paz, pero de la que se esperaba que terminase pronto y con una salida rápida, limpia y vigorosa (recuperación en forma de 'V'). Sin embargo, las probabilidades de este escenario se reducen a medida que se va sabiendo más sobre el Covid-19 y sobre su impacto en la actividad de los países afectados. La pandemia se está prolongando, las medidas de control están siendo drásticas y su levantamiento se prevé muy progresivo, lo que dará lugar a una recuperación con la forma del logo de la firma deportiva Nike: una caída profunda y una recuperación menos intensa que impedirá a los países alcanzar su nivel previo de PIB en los próximos trimestres o años. Además, esta recuperación puede contener nuevas recaídas si el coronavirus no desaparece por completo, algo que parece improbable a día de hoy.
El Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés) publicaba este lunes una nota en la que advertía que "es probable que la reducción del PIB debido a medidas de confinamiento se prolongue durante varios trimestres. La caída total del PIB podría ser el doble de lo que implican los efectos iniciales directos del confinamiento". Estos efectos se podrían multiplicar a través del consumo y la inversión. La incertidumbre generada y el miedo a que el coronavirus reaparezca puede incrementar la propensión marginal al ahorro (endetrimento del consumo), lastrando el crecimiento.
Desde Unicredit hablan de una recesión global del 6%, una cifra que dista mucho de las previsiones que se hacían tan solo unas semanas antes, que establecían el crecimiento del PIB mundial entre 0 y 1%. En el caso de España, estos expertos creen que la producción se contraerá un 15.5% en 2020, con un descenso puede ser de hasta 24% interanual en algún trimestre del año. En 2021 se espera que el PIB avance 9.5%, (lejos de alcanzar todavía el nivel previo a la pandemia) lo que comenzaría a dar forma a la recuperación en 'logo de Nike'. A nivel global y en la zona euro la situación es similar pero con datos menos extremos (una caída de 13% en el PIB en la zona euro para este año con una recuperación de 10% en 2021). La recuperación, aunque dé comienzo en el tercer trimestre de 2020, no será tan vigorosa como la recesión.
Los analistas del banco ING vaticinan una recuperación en forma de U con un fondo amplio (lo que a la postre sería también la forma del logo de Nike), "ya que es probable que se mantengan las restricciones de distanciamiento social y sobre los viajes, incluso más allá del fin de los confinamientos. Después de una severa contracción en la mayoría de las economías en la primera mitad de 2020, se produciría una recuperación moderada, con la mayoría de las economías volviendo a sus niveles anteriores a la crisis en 2022. En escenarios más adversos, el retorno a los niveles anteriores a la crisis podría postergarse hasta 2023 o aún más tarde".
Es probable que se comience a ver una relajación significativa en las medidas de confinamiento y control para finales de abril y principios de mayo en Europa, pero es posible que haya que esperar hasta el final del segundo semestre para ver lo mismo en Estados Unidos. "Y dado el nivel de integración comercial y financiera, esto significa que habrá que esperar hasta entonces para ver cierta normalización real de la economía mundial", explica en una nota Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers.
Es en la segunda parte del año cuando comenzará la recuperación real de la economía, suponiendo que no haya recaídas en la pandemia, y, por ende, más controles y restricciones en los siguientes trimestres. Algo que no se puede descartar y que pone las grietas y los baches a la recuperación en forma de logo de Nike. "Con los datos que se están viendo en China parece que los consumidores siguen siendo prudentes al salir del bloqueo. Más allá de los cambios de comportamiento, la disminución en el valor de los activos financieros y la incertidumbre pueden elevar las tasas de ahorro. Pero nuestra principal preocupación es la inversión. La incertidumbre también pasará factura en ese componente".
"En resumen, dado que el gasto de los consumidores posiblemente se verá afectado por una mayor propensión al ahorro y los graves frenos potenciales a la inversión, creemos que el escenario más probable tras el bloqueo es que el rebote de la economía mundial sea bastante suave. El PIB mundial seguiría una forma como la del logotipo de Nike", concluye el economista jefe de AXA Investment Managers.
El BIS también recalca este tipo de riesgos que están supeditados a la reaparición de nuevos brotes del coronavirus y a la menor confianza de los agentes. Por un lado "los confinamientos no coordinados pueden conducir a repetidos brotes del virus y nuevos confinamientos en todo el mundo". Sin duda, esto podría generar nuevas recesiones o parones que afectarían al resto de países del mundo, sobre todo a los más cercanos y vinculados a la nueva zona infectada.
Es importante tener en cuenta la integración comercial y financiera. "Las repercusiones económicas son grandes. No existe inmunidad frente a los efectos económicos si la epidemia se controla solo en una o dos regiones. Los países deben adoptar políticas de confinamiento, control de fronteras y macroeconómicas que internalicen estas consideraciones globales", sostiene la nota del BIS.
Los economistas del BIS concluyen su argumentación reconociendo que es difícil saber cuándo el PIB alcanzará de nuevo los niveles previos a la crisis, puesto que hay muchas incertidumbres que pueden llevar a consumidores y empresas a aumentar su propensión marginal al ahorro (la parte que no se consume de cada euro extra que se ingresa). Además, "los confinamientos sin coordinación aumentan la posibilidad de que el virus resurja secuencialmente en todo el mundo. Esto significaría nuevos periodos de confinamiento con el coste asociado en la actividad económica".
"En segundo lugar, incluso un país que diseñe un paquete de políticas nacionales que limite con éxito su desaceleración interna no será inmune a las políticas insuficientes o ineficaces implementadas en otras partes del mundo. Nadie puede esconderse de las consecuencias de una pandemia, y las políticas macroeconómicas unilaterales están condenadas al fracaso", concluye el documento del Banco Internacional de Pagos.
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