Otra consecuencia de la pandemia de Covid-19 es la aceleración hacia la economía circular, para disminuir el modelo lineal de consumo de producir, tomar y tirar.
La economía circular es un sistema económico en el cual los productos y materiales se mantienen en circulación el mayor tiempo posible, al diseñarlos para que sean más duraderos, reutilizables y reciclables. Da mayor importancia a la eficiencia y sostenibilidad ecológica, y se apoya en fuentes de energía renovables.
A medida que América Latina continúa en su recuperación económica, los países miran más hacia la economía circular como plataforma para un futuro sostenible.
Como ejemplo, en la planta de tratamiento de aguas residuales de Atotonilco, en México, el agua tratada se usa para regar 90 mil hectáreas de tierras agrícolas del Valle del Mezquital.
En Brasil, la Universidad de São Paulo puso en marcha medidas para reducir su huella de carbono, entre ellas, reducir el uso de vehículos oficiales y las defensas virtuales de tesis. En marzo de 2021, el gobierno argentino aprobó una ley que ordena la aplicación de una estrategia nacional de educación ambiental.
Si este impulso se mantiene, 2022 podría marcar un hito en la transición de América Latina hacia la sostenibilidad.