Los alimentos genéticamente modificados, o transgénicos, no representan riesgos para el consumo humano, ya que diversos estudios apuntan a que no causan alergias ni incrementan el riesgo de padecer cáncer.
De acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), un organismo genéticamente modificado puede ser una planta, animal o microorganismo cuyo material genético fue modificado mediante tecnología y que, a veces, involucra la transferencia de información genética de un organismo a otro.
Los científicos se refieren a este proceso como ingeniería genética. En el caso de los alimentos genéticamente modificados, también denominados transgénicos, estos son ampliamente estudiados antes de que salgan al mercado para certificar que son tan seguros para consumo humano como los alimentos que no están modificados genéticamente.
De hecho, algunas plantas son modificadas para mejorar su valor nutricional y para la salud. Como ejemplo, la soya genéticamente modificada contiene aceites más sanos que sustituyen a los aceites que contienen grasas trans.
Además, los alimentos genéticamente modificados no causan alergias. La mayoría de las alergias alimentarias son causadas por alérgenos contenidos en nueve alimentos: cacahuates; semillas de árbol (como nueces, almendras, avellanas y pistaches), leche, huevo, trigo, soya, mariscos, ajonjolí y pescado. De esta forma, si una persona es alérgica a la soya, también será alérgica a la soya genéticamente modificada.
Otros alimentos genéticamente modificados o transgénicos como maíz, papaya, papa, manzanas y canola tampoco representan riesgo de desarrollar alergias. Actualmente, la manera en que éstos se crean permite identificar exactamente qué nuevas proteínas se incorporan a una planta; por lo tanto, los científicos pueden asegurarse de que esa proteína no sea un alérgeno. Este tipo de prueba de alérgenos forma parte del proceso habitual de desarrollo de un organismo genéticamente modificado.
Algunas personas se preguntan si el incremento de los casos de celíacos está relacionado con los alimentos genéticamente modificados, pero se ha encontrado que esta condición que afecta al sistema digestivo está causada por una respuesta inmune anormal al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, centeno y cebada. Los alimentos genéticamente modificados tampoco contienen más antibióticos o esteroides que los naturales.
Por otra parte, los cultivos de alimentos genéticamente modificados no afectan el nivel de riesgo de cáncer para los humanos y los animales que se alimentan de esos cultivos, respecto de los no genéticamente modificados.
Un análisis realizado por la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina en Estados Unidos encontró que el patrón de cambio de las tasas de cáncer es similar a las de Europa y Reino Unido donde la población consume menos alimentos genéticamente modificados. Por lo tanto, el aumento de la incidencia de cáncer no está relacionado con el consumo de estos alimentos.
En el marco de la disputa actual vía el T-MEC sobre la importación de maíz transgénico entre la Secretaría de Economía, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y las autoridades estadounidenses, las agencias federales de Estados Unidos han dado a conocer el estricto proceso de regulación para los organismos genéticamente modificados.
Lo anterior pues desde 1990, cuando se crearon los alimentos genéticamente modificados, los investigadores han demostrado que son tan seguros como los alimentos naturales.
La FDA se encarga de vigilar que los alimentos genéticamente modificados sean tan seguros como los alimentos naturales.
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