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El costo de la canasta alimentaria, es decir, el conjunto de productos básicos que requiere una persona para su subsistencia en el ámbito rural y urbano, reportó en marzo pasado su incremento anual más alto en casi 23 años, lo que amenaza con frenar la reducción de la pobreza en México, de acuerdo con datos publicados por el Consejo Nacional para la Evaluación de las Políticas Públicas (Coneval).
En el caso del valor monetario mensual de la canasta alimentaria urbana, es decir en áreas con una población de 2 mil 500 habitantes o más, esta pasó de mil 741.89 pesos en marzo del año pasado a mil 974.57 pesos en marzo de 2022, lo que significó un incremento de 13.4%, la tasa anual más elevada desde julio de 1999, cuando reportó un aumento de 14.1%.
Por su parte, el valor de la canasta alimentaria rural en poblaciones con menos de 2 mil 500 habitantes pasó de mil 326.23 pesos a mil 517.96 en el mismo lapso de referencia, con lo que alcanzó un alza anual de 14.5%, la más alta desde junio de 1999, fecha en que reportó un aumento de 14.7%.
El incremento en el costo de este grupo de productos es superior al de la inflación general del país, que llegó a 7.5% en marzo pasado a tasa anual, y rebasa también al alza nacional de los alimentos, que fue de 12.8%.
Tomando en cuenta lo anterior, destaca también el hecho de que la carestía alimentaria está siendo mayor en las áreas rurales que en las urbanas.
Entre los bienes incluidos en la canasta alimentaria con mayores alzas en sus precios, tanto a nivel rural como urbano, destacan los casos de la cebolla y el limón, con incrementos anuales superiores a 100%; chile, aceites vegetales y jitomate, con aumentos mayores a 30%, así como el bistec de res y las tortillas de maíz, que tienen una incidencia importante en la dieta de las familias, con una variación por arriba de 17%.
Los especialistas del Coneval explican que la canasta alimentaria es el conjunto de alimentos cuyo valor monetario sirve para construir la línea de pobreza extrema por ingresos y calcular el porcentaje de la población en pobreza laboral, es decir, la población con un ingreso por su trabajo inferior al costo de la canasta alimentaria.
Derivado de la pandemia de Covid-19, el porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria (pobreza laboral) alcanzó su mayor nivel en el tercer trimestre de 2020, con una tasa de 46.0%.
