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El sistema de ahorro individual de México, a través de cuentas de Afore, así como otros esquemas similares en América Latina, han demostrado que pueden mejorar las pensiones de los trabajadores, por lo que se debe rechazar la posibilidad de regresar al esquema anterior de reparto, que fracasó en la mayoría de las naciones de la región.
Así lo establece el documento Principales tendencias de los sistemas de pensiones en el mundo, elaborado por la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), en cuanto a las tendencias observadas en numerosos países que contrastan con las propuestas de ciertos sectores políticos en América Latina que buscan debilitar los sistemas de ahorro individual y fortalecer o revivir los sistemas de reparto con administración pública centralizada.
“En México y Perú, las rentabilidades obtenidas por las administradoras han aumentado los saldos de las cuentas individuales, permitiendo duplicar o triplicar los aportes de trabajadores, empleadores y el Estado”, destaca el análisis.
“Además, la evidencia y estudios empíricos muestran que la rentabilidad del capital que se obtiene en un sistema de ahorro individual supera al crecimiento de la masa salarial a largo plazo, que determina ingresos en un sistema de reparto”.
El texto de la FIAP explica que los sistemas de ahorro individual impulsan el crecimiento económico, el empleo y la productividad, con los efectos positivos que implica sobre la formalización del mercado laboral y la cobertura y cotizaciones al sistema de pensiones.
Resalta también que la experiencia de América Latina muestra que los sistemas de reparto han sido regresivos y poco solidarios. En primer lugar, existe un alto porcentaje de afiliados que llegan a la pensión por vejez, que no cumplen requisitos y no reciben pensión, perdiendo parcial o totalmente sus aportes.
“En gran mayoría, corresponden a trabajadores de menores ingresos, vulnerables y mujeres. Considérense los ejemplos de las excajas de previsión en Chile, o el sistema de reparto administrado por la Oficina de Normalización Previsional en Perú, o el sistema antiguo de El Salvador, donde entre 50% y 66% de los afiliados no obtenían pensión y perdían parte o todos los ahorros”, subraya.
“Recientemente se ha corregido parcialmente la situación en Perú, otorgando beneficios a afiliados con menos de 20 años de cotización”.
Así, una razón fundamental para no revivir los sistemas de reparto es que serán afectados fuertemente por el envejecimiento de la población, tanto por la disminución de las tasas de natalidad, como por mayores expectativas de vida.
“Si bien también habrá un efecto de estas tendencias sobre los sistemas de ahorro individual, vía las expectativas de vida, será de mucho menor magnitud y no afectará su equilibrio financiero”, afirma.
La FIAP resalta que los países que tienen el sistema de pensiones de reparto se han visto obligados a romper la promesa de beneficios definidos, haciendo continuos ajustes a las pensiones entregadas.
Así, entre 1995 y diciembre de 2022, 82 países aumentaron las tasas de cotización, 65 incrementaron la edad de retiro y 67 ajustaron los beneficios o disminuyeron.