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Más allá de acuerdos comerciales, se requiere una integración regional e inteligente como lo hicieron en su momento los tigres asiáticos, consideró el director representante en México del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Emilio Uquillas.
En entrevista con EL UNIVERSAL, a propósito de la reunión de la Alianza del Pacífico en Puerto Vallarta, consideró que la integración no debe ser solamente política.
“Hay oportunidades para desarrollar, pero tenemos que encontrar ese hilo conductor que nos permita transitar de una integración puramente comercial a una productiva”.
Durante la conversación, el representante de la institución que surgió como la Corporación Andina de Fomento en 1970, habló también del papel de liderazgo que puede asumir México en esa integración.
El economista de origen ecuatoriano, egresado de la Universidad Católica de ese país, y que obtuvo la maestría en México en el ITAM, pondera que hay 626 millones de habitantes latinoamericanos en los países participantes del CAF (19), los cuales representan 45% de la población de China, 123% de la Unión Europea, 49% de los miembros de la OCDE, y casi el doble de los habitantes de Estados Unidos.
“Entonces, ¿es o no un mercado importante en el que podemos encontrar sinergias y en el que debemos establecer un hilo conductor de la integración distinto al de la pura integración comercial?”, reflexionó.
De la Alianza del Pacífico dijo que llama la atención, porque está liderada por cuatro países (Chile, Colombia, México y Perú) con importante participación privada en su Producto Interno Bruto (PIB) y actividad en general.
“Creemos que esos países van a tener un impacto distinto en su integración con el resto del continente, que van a ser una especie de modelo para continuar y para que otros países se vayan sumando”.
Así se demostró con la solicitud de adhesión de Corea y Ecuador, que presentaron para ser asociados y después miembros.
México, el líder. Uquillas es el responsable de las operaciones de CAF como organismo multilateral en México, ante los sectores público y privado en las áreas estratégicas de la institución, como son infraestructura, desarrollo social, financiamiento a la iniciativa privada y asistencia técnica. Su labor implica la administración del portafolio de operaciones del banco en el país, tanto con el sector público como con el privado.
No hay que negar que México logró pasar a un ambiente empresarial productivo y financiero mucho más desarrollados que otros de la región, reconoce el ejecutivo de la CAF.
“México tiene esa ventaja, y si esa la ponemos a funcionar para el resto del continente, creo que va a ser un líder en la integración de América Latina, pero con un tono más productivo. No solamente comercial”, aseguró.
Admitió que si bien hay países que están transitando en una época de cambios, aquellos que tienen más espacios y posibilidades de liderar una nueva y más pragmática integración comercial son los que han vivido a profundidad estos procesos, y México es uno de ellos, y quizá Chile.
Pero por el tamaño de las economías, pueden ejercer un liderazgo importante para contagiar a los vecinos que llevan camino, como Colombia y Perú, que son países con visión hacia la mejora en la productividad.
En ese sentido, ve que existe mucho más amplitud de acción para ejercer un liderazgo, precisamente en los países de la Alianza del Pacífico.
“Imaginémonos un país que sólo quiera consumir lo que produce frente a uno que intercambia y adopta tecnologías. ¿Cuál va a desarrollar más su productividad? El país que intercambia tecnología y producto con el mundo”, establece.
El ADN. Precisamente en el ADN del CAF se llevan dos elementos: desarrollo sostenible e integración regional.
La integración regional ha sido un concepto que ha ido cambiando y desarrollando de acuerdo con la evolución de los países, afirmó.
Por esa razón, dijo que no podemos comparar la integración regional de Europa con la de América Latina.
“En América Latina hemos transitado por varios procesos de integración regional, iniciando desde los Acuerdos de Cartagena que da origen al CAF, y luego que por el lado de integración da origen a la comunidad andina: Bolivia, Ecuador Perú y Venezuela, que fueron los países fundadores del CAF”, refirió.
A ese esquema, agregó, después se incorporaron otras alternativas en los últimos años en el tiempo, como el Mercosur, la Alianza del Pacífico y los países de Alba.
Son alternativas, divisiones de integración que cada país ha decidido incorporar a su política exterior.
“Ahora tenemos una visión clara de que América Latina tiene muchas oportunidades que explotar si se hace una integración inteligente”.
Hay que hablar de cadenas de valor, puntualizó, al opinar que eso fue lo que ocurrió en los países asiáticos, los llamados tigres.
“Ellos tenían países líderes que iban jalando a los pequeños, estableciendo cadenas de valor, no es que cada uno surgió aisladamente, nacieron como región y Japón, por ejemplo, fue jalando a los países de Asia con el crecimiento tecnológico cuando cambiaron la producción de los autos Datsun y se hizo la Nissan, y aparecieron como una marca de renombre mundial; todos jalaron y fueron desarrollándose de una manera no exacta, pero con cierta uniformidad y cierta dirección”.
Por eso cree que la integración de América Latina puede darse con esa misma tónica, hablando sólo de comercio intrarregional los países latinos tienen un comercio de 27%; Europa, 70%, y los asiáticos 52%.