La vida como la conocíamos ha sido muy diferente después de la pandemia de Covid-19.
Las personas en el mundo, así como en México, se enfrentan no solamente a una emergencia sanitaria, sino también a premuras económicas, por lo que cuidar la salud es casi igual de importante que evitar que nuestras finanzas se enfermen.
Este escenario nos muestra la necesidad de crear un fondo de ahorro para no tener que endeudarse ante alguna emergencia.
Además, de acuerdo con el Indicador de Confianza del Consumidor de diciembre pasado, publicado por el Inegi, el rubro que evalúa la expectativa sobre la situación económica de las familias dentro de 12 meses, frente a la que registran en la actualidad, se contrajo 2.1 puntos, es decir, se percibe muy lejana una mejora.
Juan Luis Ordaz, director de Educación Financiera de CitiBanamex, explica que un fondo de emergencia es una cantidad de dinero que se reserva, preferentemente en una cuenta bancaria con fácil acceso, para usarlo en caso de un gasto inesperado.
Para crearlo, expertos en finanzas personales recomiendan que este fondo pueda cubrir todos los gastos que nos puedan surgir a lo largo de, como mínimo, tres meses y hasta seis meses.
¿Y cómo empezamos? La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) ofrece algunos pasos para tener la mejor liquidez.
Uno de los primeros consiste en armar un presupuesto. Te debes enfocar en necesidades básicas como alimentación, pago de servicios (agua, luz, gas e internet, etcétera), salud y transporte para conocer cuánto destinas y cómo evitar un dispendio de recursos.
Estos recursos no deben sustituir el apartado que hagas a metas como viajes, educación de tus hijos, ni tu ahorro para el retiro y lo adecuado es depositarlo en una cuenta de ahorro. Aquí empiezas a conformar tu fondo de una manera formal.
Evita adquirir productos que no necesites para no generar endeudamientos. Ahora, ante la menor movilidad aprovecha la estancia en casa para reducir gastos en café, refrescos, servicios a domicilio y antojitos.
Al no acudir tan frecuentemente a centros comerciales, puedes evitar las compras por impulso y eliminar gastos hormiga en busca de contar con la mayor liquidez posible. Al tener el objetivo de ahorrar, siempre hay que apegarnos a una lista de compras y adquirir únicamente lo necesario.
Si en la actualidad no puedes cubrir gastos, lo más seguro es que al pagar con el plástico sea más difícil, pues al préstamo se le deben agregar los intereses. Evita dar el tarjetazo para compras como la despensa, comida, medicinas, entre otros gastos menores.
Antes de adquirir ropa, zapatos u otros productos nuevos, revisa si no tienes piezas que puedes reutilizar. La ropa que no usas es dinero colgado en tu clóset.
Si tienes que reparar algo en la casa, como una regadera, pintar y resanar una pared o cortar el pasto, valora hacerlo por tu cuenta y ahorrarte el dinero a pagar.
Lo ideal es que sea al menos 10% de tus ingresos.
Si puede ser una mayor proporción lograrás juntar tu meta en menos tiempo.
De ser posible, programa un depósito automático cada mes o quincena a tu cuenta de ahorro.
Una vez armado tu fondo de emergencia, considera dar un seguimiento al mes sobre la evolución de tu ahorro y, lo más importante, no lo dejes vacío.
Si tomaste dinero de tu fondo debes reponer el monto que hayas utilizado.
Contar con recursos en reserva para momentos inesperados, puede ser la gran diferencia entre esquivar una tormenta financiera o endeudarte profundamente por un amplio tiempo.
El blog de finanzas personales de BBVA recomienda para armar tu fondo:
Seguro a lo largo de tu vida has adquirido productos que no empleas, y aunque no obtendrás lo mismo que pagaste, podrás transferir lo que obtengas a tu fondo de emergencia.
Puedes obtener ingresos de diversas formas, pero cualquier actividad que realices, de acuerdo con tus habilidades, puede inflar tu fondo.
Considera guardar dinero para eventos inevitables, como el mantenimiento del automóvil, las vacaciones y la ropa.