La historia se repite: este mes, Aeromar podría unirse a la lista de aerolíneas mexicanas que han quebrado ante la inviabilidad financiera para pagar deudas y sostener a su plantilla de trabajadores, de acuerdo con fuentes del sector de aviación.
Los pilotos sólo tienen rol de vuelo hasta el 14 de febrero, sin más rutas programadas, confirmó la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA). Así, la aerolínea podría dejar de operar en días posteriores.
De hecho, las rutas hacia Cancún y Mérida ya se dejaron de ofrecer, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV).
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El 2 de febrero, Aeromar publicó en sus redes sociales una posible alianza con el grupo brasileño Nella, que de manera no oficial se llama Aeromar by Nella. Sin embargo, el Grupo Nella sólo estaría dispuesto a invertir en Aeromar a cambio de que el gobierno federal perdone todos los adeudos a la aerolínea.
Además, la semana pasada hubo una junta en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) en la que se les comunicó a los trabajadores que el plan de negocios propuesto para darle viabilidad a la aerolínea no atrajo el interés de ningún inversionista, pues adeuda miles de millones de pesos, informó una fuente cercana al proceso.
A sus pilotos y sobrecargos les debe 100 millones de pesos derivados de tres convenios Covid y casi 22 millones de pesos en prestaciones contractuales, jubilaciones y finiquito de pilotos a quienes no ha liquidado desde 2019.
Sin embargo, Aeromar adeuda más de 500 millones de pesos al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), más de 74 millones a Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) y una cantidad no conocida públicamente correspondiente a la Tarifa de Uso de Aeropuerto que la administración no entregó.
Aeromar es una aerolínea regional con poco transporte de pasajeros en rutas específicas, a precios altos, pero en aviones pequeños, seguros y cómodos.
Al no poder ser capitalizada, la aerolínea empezó a acumular deudas, a dejar de pagarle al gobierno y a sus trabajadores, y después la pandemia afectó aún más su tráfico de pasajeros.
Una más
Este caso es similar al de Interjet, que terminó de operar de un día para otro y dejó a miles de pasajeros y empleados varados y sin señales de cuándo pagaría sus deudas.
Pablo Casas Lías, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico-Aeronáuticas (INIJA), dijo que la quiebra recurrente de aerolíneas en el país —como Interjet, Mexicana, Alma de México, Líneas Aéreas Azteca y ahora Aeromar— se debe a la falta de supervisión de la autoridad aeronáutica, la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), antes llamada Dirección General de Aeronáutica Civil.
“Si yo autoridad detecto que están financieramente quebradas y no tienen flujo de efectivo, es decir dinero en caja, primero, para darle un mantenimiento adecuado a sus aeronaves y refacciones y segundo, para dar capitación y adiestramiento al personal técnico y aeronáutico, entonces mi obligación como autoridad estatal es que, en tanto no tengas en caja ese dinero o flujo de efectivo, no te puedo autorizar seguir volando y suspendo tu concesión”, señaló.
Sin embargo, agregó, la AFAC deja a esas empresas seguir operando y vendiendo boletos, como a Interjet, hasta que la empresa deja de operar, dejando deudas con trabajadores, pasajeros y un sinnúmero de acreedores.
“La autoridad puede requisar o intervenir administrativamente la concesión o el permiso respectivo para no afectar el servicio, a los trabajadores y la conectividad del país, pero son omisos en su actividad de prevención y verificación”.
Juan Carlos Machorro, socio de la firma Santamarina y Steta y experto en derecho aeronáutico y aeroportuario, considera que la quiebra de aerolíneas mexicanas también se debe a una falta de entendimiento de la autoridad de lo que es una aerolínea regional, una troncal y una aerolínea de bandera, dándole a cada una los incentivos necesarios.
“Aeromar fue un negocio exitoso de aerolínea regional, volando tramos cortos y atractivos para el público de negocios como zonas petroleras, industriales y el Bajío, pero tratar de reconvertirse en algo distinto fue caldo de cultivo para que su situación se fuera mermando y la empresa acumuló un adeudo considerable”, explicó.
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