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Las aerolíneas han logrado compensar un poco los incrementos al precio de la turbosina y a otros costos asociados en la tarifa de la clase premium, de acuerdo con un análisis económico de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés).
Información de la IATA muestra que los viajeros de clase premium son menos sensibles al incremento de tarifa, por lo que las aerolíneas han podido recuperar rentabilidad en este segmento de cabina como consecuencia de los aumentos al precio del combustible y otros gastos.
“En términos generales, la tarifa base de las aerolíneas vino a la baja durante 2018 para terminar 4% por debajo de la tarifa en 2017, pero la tarifa en la clase premium se incrementó durante los últimos meses del año, mejorando la rentabilidad de las aerolíneas”, indicó la IATA.
La clase premium representó 5.2% de los pasajeros internacionales en 2018, pero contribuye con 30% de los ingresos de las aerolíneas. Estos porcentajes han permanecido sin cambio desde 2017, debido a un crecimiento económico estable y a una demanda sostenida, especialmente en la primera mitad de 2018.
“Durante el año pasado, el crecimiento de los pasajeros en clase premium superó a los viajeros en clase económica de manera más notable en el suroeste asiático y en el Pacífico norte y Pacífico medio.
“Estos mercados también registraron sólidas ganancias en la clase premium en comparación con la clase económica. Aunque en mercados como el sur del Atlántico y Europa del este la demanda por boletos en clase premium va a la baja”, señaló.
En México, la competencia no le ha permitido a las aerolíneas incrementar las tarifas en general y sólo Aeroméxico e Interjet tienen una categoría premium en sus aviones. Aeroméxico comentó que los precios de los boletos de avión no sólo dependen del incremento o disminución en el costo del combustible, también intervienen otras variables como la oferta y la demanda, la región y la temporada, así como las tarifas aeroportuarias, principalmente.