Más Información
Videojuegos, el nuevo gancho del crimen para captar menores; los atraen con promesas de dinero y poder
Trump declarará a cárteles como organizaciones terroristas; "fui muy duro con México, hablé con la nueva presidenta"
Operativo Enjambre: Detienen a 15 personas por obstruir captura del presidente municipal prófugo de Santo Tomás de los Plátanos
Óscar Rentería Schazarino, ha operado contra CJNG, Viagras y Templarios; es el nuevo secretario de Seguridad en Sinaloa
Más de 200 niños huérfanos por el crimen organizado en Sonora, disfrutan su posada; "queremos que su Navidad sea más feliz"
La región de Latinoamérica y el Caribe entró nuevamente a una etapa de bajo crecimiento, como se había visto antes de la pandemia, al esperarse para este año un crecimiento promedio de su Producto Interno Bruto (PIB) de 2.7%, informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Sin embargo, para México se estima que la expansión de la actividad productiva será de 0.9%, es decir, por debajo del dato regional, a pesar de que se corrigió al alza la estimación en 0.2 puntos, luego de que en abril el organismo pronosticaba un avance de 1.7%.
Entre los países que más crecerán destacan Panamá, con 7%; Colombia, con 6.5%, y Argentina, con 3.5%. Además de México, debajo del promedio regional también están Chile, con 1.9%; Brasil, 1.6%, y Paraguay, con 0.2%.
En su Estudio económico para América Latina y el Caribe, la Cepal afirmó que “al menor crecimiento económico se suman las fuertes presiones inflacionarias, el bajo dinamismo de la creación de empleo, caídas de la inversión y crecientes demandas sociales”.
Agregó que “esta situación se ha traducido en grandes desafíos para la política macroeconómica, que debe conciliar políticas que impulsen la reactivación económica con políticas dirigidas a controlar la inflación y dar sostenibilidad a las finanzas públicas”.
Además, el organismo señaló que hay presiones inflacionarias por la guerra entre Rusia y Ucrania, lo que provoca “crecientes tensiones geopolíticas, un menor dinamismo del crecimiento económico global, una menor disponibilidad de alimentos y aumentos del precio de la energía que han incrementado las presiones inflacionarias que venían produciéndose como resultado de los choques de oferta generados por la pandemia de la enfermedad causada por el coronavirus”.
Lo que más preocupa es el alza de precios en alimentos y energéticos, destacó, puesto que afecta el poder adquisitivo de los ingresos de las familias.