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sara.cantera@eluniversal.com.mx
Después del auge que tuvieron los remolques de comida conocidos como food trucks, ahora los fabricantes de este tipo de vehículos están diseñando y adaptando camioncitos para todo tipo de negocios, como estéticas caninas, salones de belleza, arreglo de uñas, consultorios y hasta cines.
Los food trucks nacieron en Inglaterra y Estados Unidos después de las guerras y la recesión económica que dejó desempleadas a miles de personas, quienes encontraron en los remolques una alternativa para vender comida en diversos lugares.
En México, estos vehículos se pusieron de moda a partir de 2013. Incluso, se formaron asociaciones que agrupaban a estos negocios, muchos de ellos liderados por chefs profesionales, pero debido a que nunca se concretó una ley que los regulara y a que desapareció la figura de los Repecos (Régimen de Pequeños Contribuyentes), muchos de ellos desaparecieron.
Sin embargo, la demanda se orienta ahora a la fabricación y adaptación de vehículos para todo tipo de negocios, desde cafeterías, heladerías, crepas, colocación de uñas, estéticas caninas, laboratorios de rayos X, consultorios, tiendas de pintura o cines, además de las clásicas activaciones de marca que son promociones específicas de comida, celulares o bebidas alcohólicas.
Abraham López, gerente de Food Truck, fabricantes en el Estado de México, dijo que la demanda para la fabricación de estos vehículos se ha estancado un poco, pero ahora les piden unidades móviles para todo tipo de promociones y activaciones de marca que se puedan desplazar en festivales, eventos deportivos o ferias.
“En 2014 éramos cuatro fabricantes grandes ubicados en el Estado de México, Monterrey, Guadalajara y San Luis Potosí, y en 2016, con desilusión los emprendedores e inversionistas empezaron a vender sus camiones y ahora los encuentras en Mercado Libre o en sitios de segunda mano”, explicó.
“Seguimos los mismos cuatro fabricantes, pero no el mismo nivel de trabajo. Antes hacíamos 100 food trucks al año, y ahorita a lo mejor 10”. Sin embargo, la fabricación de vehículos para otros negocios sigue creciendo.
“Hicimos un show room para Huawei en un tráiler multipropósito que se puede mover a otros lugares para exhibir los productos”, dijo. “Las cafeterías se siguen haciendo y ahorita nos están pidiendo triciclos adaptados”.
Adaptar un food truck puede costar hasta 600 mil pesos, pues se recubre con acero inoxidable de grado alimenticio y cuenta con piso antiderrapante, acabados de madera, así como su propio tanque de agua, luz y gas.
Pero para otro tipo de negocios que no manejan alimentos la inversión puede ser menor, ya que no requieren montar una cocina.
Box trucks, fabricante de unidades móviles en Veracruz, tiene más de 40 años dedicados al equipamiento de vehículos y coincidió en que ahora la necesidad de los clientes es hacer negocios móviles para estar un día en una colonia y poder desplazarse a cualquier lugar como los tianguis.
“Nosotros somos carroceros, no empezamos haciendo food trucks. Estamos especializados en campers, cajas secas y refrigeradas, hacemos conversiones de camiones y camionetas”, comentó Paula Solís, encargada de diseñar unidades móviles.
“Ahora la tendencia es que los negocios o franquicias con capacidad económica pueden tener diferentes puntos de venta y estar en lugares donde no están actualmente, como festivales, eventos deportivos o de música donde no nada más se vende comida, sino tiendas de todo tipo de productos”.
Box trucks adaptó recientemente varios camiones para que Yemina, de Grupo Herdez, vendiera pastas en zonas de oficinas, pero les piden desde salones de belleza o de uñas, servicios, estéticas caninas, consultorios médicos para el gobierno, ópticas, tiendas de ropa, talleres móviles y promociones para varias marcas.
Box trucks fabrica alrededor de 10 vehículos al mes.
“No son baratos porque utilizamos materiales de alta calidad y aquí trabajan unas 30 personas expertas en fibra de vidrio, carpinteros, soldadores, expertos en estructuras e instalaciones eléctricas. Yo que soy arquitecta diseño lo más complejo y se necesita mano de obra calificada para cocinas industriales. Es una especialidad”, dijo Solís.
Hace cinco años existían unos 100 food trucks en la Ciudad de México, pero no existe un registro oficial de este tipo de negocios.
Otra variante de los remolques son los cines. En Oaxaca, el fabricante de estructuras móviles Traylfer procesa unos 200 remolques al año, entre oficinas, estéticas, clínicas móviles, servicios para mascotas, escenarios para espectáculos y pequeñas salas de cine.
A través de Cine Transformer, la empresa ha fabricado 27 salas de cine móviles para México, tres en Brasil y otras tres en Estados Unidos.
El cine móvil es un vehículo con 91 asientos, pantallas de proyección, sonido surround de 5.1 canales digitales impulsados por equipos JBL, atmósfera climatizada y controlada, dos baños, dulcería con máquina de palomitas, taquilla, rampas de entrada y salida de fácil acceso, marquesinas y costados que pueden personalizarse con marcas comerciales.