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El avión que transportó al ex presidente Enrique Peña Nieto por casi tres años partió ayer hacia San Bernardino, California, para ser exhibido en busca de compradores y así iniciar el proceso de su venta.
Se trata de un Boeing 787 Dreamliner nombrado José María Morelos y Pavón, al ser adquirido por el gobierno en noviembre de 2012.
Sin ninguna ceremonia previa, la aeronave abandonó suelo mexicano antes de las 11:00 horas del lunes, para dar cumplimiento a los compromisos de austeridad de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien considera que el avión representaba un símbolo de exceso del gobierno.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) va a fungir como garante para la transparencia de la venta de la aeronave, cuyo costo fue de 219 millones de dólares.
Con 57 metros de longitud y 17 de altura, el avión ofrece una capacidad para 80 pasajeros y contaba con alrededor de 600 mil kilómetros de vuelo en 214 operaciones.
Antes de su partida, el avión fue usado por última vez durante el regreso de Peña Nieto de Argentina, donde se celebró la más reciente cumbre del G20 y se firmó el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El titular de la Secretaría de Hacienda, Carlos Urzúa, informó que además de la enajenación del avión, el gobierno va a vender otros 60 aviones y 70 helicópteros.
Presidencia, con 24 aeronaves. En septiembre, EL UNIVERSAL informó que la Presidencia de la República contaba con una flota aérea de 24 aeronaves (13 aviones y 11 helicópteros) que eran coordinados por el Estado Mayor Presidencial (EMP), a través de la Coordinación General de Transportes Aéreos Presidenciales (CGTAP).
La dependencia se encargaba, de acuerdo con el reglamento del EMP, de dar transporte aéreo al jefe del Ejecutivo, a los servidores y personas que determine el Presidente.
Hasta entonces, la flota aérea presidencial estaba compuesta por cuatro Boeing (787-8, 757-225, 737-300 y 737-322), de los cuales el Dreamliner, TP-01, es el de más reciente adquisición.