El menor crecimiento económico y los avances tecnológicos reducen las oportunidades de en el país, principalmente para las mujeres, coinciden especialistas consultados por EL UNIVERSAL.

En agosto de este año, 5.5 millones de mexicanos dejaron de buscar empleo al considerar que no tienen posibilidades de obtenerlo, revelan los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Se trata del cuarto mes consecutivo en que aumenta esta cifra, así como 197 mil mexicanos más que en el mismo mes del año pasado.

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Tasa de desocupación
Tasa de desocupación

Para ponerlo en perspectiva, este dato iguala las 5.5 millones de personas que viven en Chiapas, según el último censo del Inegi, o la población total de Costa Rica, de 5.3 millones, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Para especialistas, estos 5.5 millones de mexicanos se encuentran en una especie de , porque no están dentro de la Población Económicamente Activa, también conocida como fuerza laboral, y no se contabilizan directamente como desempleados.

“La desaceleración económica es uno de los factores que está impactando en el ánimo de este segmento de la población, adicionalmente a esto puede haber otros factores que inciden de manera importante, como son las ofertas de trabajo poco atractivas con salarios bajos u horarios inadecuados”, comentó Héctor Magaña, coordinador del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN).

Dentro de este grupo destaca la participación femenina, pues 3.7 millones de mujeres o 67% del total se encuentran en esta situación de desocupación oculta.

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Esto tiene que ver con el rol más tradicional de las mujeres en algunas zonas del país, donde se busca que ellas sean las administradoras del hogar y cuiden a los integrantes de la familia, condicionando su acceso al mercado laboral, explicó el también académico del Tecnológico de Monterrey.

También se estima que 40% de este grupo de desempleados ocultos son jóvenes de 15 a 29 años.

Al respecto, Magaña advirtió que cada vez son más los estudiantes que después de concluir sus estudios salen al mercado laboral, pero en muchas ocasiones caen en el desánimo ante la falta de oportunidades de trabajo atractivas.

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Salario, lo que más valoran

Para el subdirector de Planeación Estratégica de OCC, David Centeno, los retos que enfrenta la población es la alta competitividad del mercado laboral, así como el menor poder adquisitivo de los trabajadores a causa de la inflación, lo que obliga a buscar una oferta con un sueldo atractivo.

“De acuerdo con un estudio que realizamos, 72% de los encuestados mencionaron que uno de los aspectos más importantes cuando analizan una oferta laboral es el salario”, agregó.

Además del desempleo oculto, se registraron en agosto 1.9 millones de mexicanos más que buscaron activamente incorporarse a alguna actividad, pero sin lograr éxito, lo que representó 3.3% de la fuerza laboral y fue la tasa más alta desde octubre de 2022.

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El director de relaciones corporativas de ManpowerGroup, Fernando Bermúdez, señaló que esta desocupación se debe al factor político y a la misma estacionalidad de las industrias, además de la desaceleración económica, en que la población joven también representa 40% del total.

Los resultados de una encuesta que llevaron a cabo ManpowerGroup y Junior Achievement Américas revelaron que ocho de cada 10 jóvenes declararon haber tenido dificultades para encontrar trabajo.

Para 60% de los jóvenes consultados, el principal reto al encontrar empleo ha sido la falta de experiencia, 47% señalan la incompatibilidad de horarios y 34% indican la edad como requisito.

En opinión de especialistas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el desajuste entre la oferta y demanda de habilidades en la mano de obra tiene efectos directos en el aumento del desempleo, la baja productividad y el incremento de la informalidad.

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Nuevas habilidades

Estos problemas se agravan dados los rápidos avances tecnológicos, que exigen nuevas habilidades y una rápida adaptación por parte de las personas trabajadoras a las demandas del mercado.

Las personas de 29 años de edad o menos están entre los grupos que se encuentran más afectados por la informalidad, lo que puede traducirse en un desempeño laboral de menor calidad en las etapas subsiguientes de la vida, agregaron los especialistas del consejo.

Frente a esta problemática, Héctor Magaña ve necesario dar un mayor incentivo a la inversión para que nuevas empresas puedan generar proyectos y esto, a su vez, se vea traducido en ofertas laborales bien remuneradas.

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