nació en Santiago de Chile en 1931. Hijo de una familia acomodada, estudió ingeniería forestal en Berkeley (California) donde compró una cámara usada y encontró un vehículo de expresión. Terminó abandonando los estudios universitarios y regresó a su tierra natal.

Sin embargo a su regreso le esperaba una tragedia: su hermano menor, Santiago, había fallecido por las complicaciones de un accidente ecuestre. La familia Larrain Echeñique se puso de luto y decidieron hacer un largo viaje.

A su regreso a Chile inició un retiro espiritual de un año, se traslada a La Reina, un sector de Santiago. Vivía solo, andaba descalzo, hacía muchas lecturas y largas meditaciones, se alejó totalmente de la vida social y adoptó una espiritualidad dura y exigente.

Inició entonces un cuerpo de obra fotográfico sobre los niños en situación de calle en Santiago. El trabajo tuvo un éxito inmediato y Sergio decide enviar algunas a Nueva York. Edward Steichen, entonces director del departamento de fotografía del Museum of Modern Art (MoMA) decide comprar dos piezas para el acervo de la institución. Ante las palabras de aliento del curador, Larrain decide dedicarse de tiempo completo a la fotografía.

En 1958 obtiene una beca del British Council y hace una importante serie fotográfica en Londres. Es entonces admitido como asociado de Magnum Photos, la agencia fotográfica más importante del mundo.

Magnum le encarga un trabajo fotográfico sobre Giuseppe Russo, el “Capo di tutti”, cabeza la mafia siciliana. Larrain se hace pasar por turista interesado en las ruinas romanas, logra la simpatía del jefe de la mafia y le hace fotografías. Cuando llegan las imágenes a Magnum nadie puede creerlo. Sergio se vuelve, inmediatamente, en una estrella fotográfica: su trabajo se publica en Life Magazine, Paris Match y las revistas ilustradas más importantes del mundo.

Sin embargo los trabajos por encargo le molestan profundamente: requiere una profunda conexión con sus temas y, más importante aún, tiempo para trabajar.

Decide poner distancia con Magnum y regresa a Chile. Realiza entonces uno de sus trabajos más importantes de su trayectoria fotográfica: el retrato del puerto de Valparaíso. Captura a los marineros, las escenas nocturnas de bares y casas de mala nota…

En conjunto Sergio Larrain resulta un fotógrafo que utiliza una amplia gama de recursos en sus tomas: cámara baja, tomas picadas y contra picadas, ángulo cenitales, privilegia el encuadre vertical. Sin embargo su aportación va mucho más allá de una aplicación más o menos ingeniosa de la técnica fotográfica. La obra de Sergio Larrain ofrece al observador una conexión patente entre fotógrafo y tema.

Tras el Golpe de Estado en Chile Sergio Larrain se marcha a Ovalle, región situada a unos 300 kilómetros al norte de Santiago.

Durante una buena parte de su vida Sergio Larraín había tenido una profunda necesidad espiritual y es a partir de su estancia a Ovalle donde deja la fotografía como una actividad accesoria y centra su existencia en la meditación, la crianza de su hijo Juan José y la sencillez de la vida rural. Su reclusión fue total, y rechazó entrevistas del New York Times y El País. Auto-publicó numerosos libros sobre espiritualidad y rescate del planeta.

Sergio Larrain Echeñique, el fotógrafo chileno más renombrado de la historia falleció en la paz de su casa en Tulahuén, Ovalle, en 2012 a los 81 años.

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*Óscar Colorado Nates es titular de la cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana. Autor de libros como Instagram, el ojo del mundo, Fotografía de Documentalismo Social, entre otros. Editor y Director General de la revista fotográfica universitaria MIRADAS. Columnista en el diario El Universal (Cd. de México). Miembro de The Photographic Historical Society (Rochester, NY) y creador de , blog de reflexión fotográfica líder en Iberoamérica. En redes sociales: |

Por Óscar Colorado Nates*

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