Está comprobado que alimentar a los niños y niñas con leche materna es fundamental e ideal, debido a que contiene los nutrientes necesarios para su desarrollo y crecimiento, además de favorecer la salud de las madres. Los beneficios de la lactancia no se sustituyen con ninguna fórmula, por tal motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia exclusiva durante los primeros seis meses y mantenerla hasta los dos años o más.

En nuestro país, a pesar de las recomendaciones de la OMS, durante los últimos años la lactancia materna ha llegado a niveles muy bajos y va en deterioro, por el contrario, el consumo de fórmulas va en aumento. Esta situación trae consigo implicaciones económicas y sociales, el bajo índice de lactancia materna es actualmente un problema de salud pública por lo que deben tomarse medidas urgentes al respecto.

Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT 2012), la duración de la lactancia materna no exclusiva es de cerca de 10 meses y el porcentaje de lactancia materna exclusiva en menores de 6 meses, como lo recomienda la OMS, bajó entre 2006 y 2012 de 22.3% a 14.5%. Cada vez más bebés consumen fórmula y además de los costos económicos que implica este tipo de alimentación para las familias, el riesgo del impacto negativo a la salud de madres e hijos/as por no lactar también crece.

A su vez,  la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014 (ENADID 2014) señala que los estados en donde, en promedio, la duración media de lactancia materna no exclusiva fue más alta fueron Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Morelos y San Luis Potosí, por otro lado, los estados con lactancia no exclusiva más baja fueron Baja California, Nuevo León, Chihuahua, Coahuila de Zaragoza y Aguascalientes.

Las razones más comunes por las que las mujeres no lactaron según ambas encuestas fueron: porque según las madres, no tuvieron leche, el (la) niño (a) la rechazó o porque la madre estaba enferma. A excepción de la razón que se refiere a que la madre estaba enferma, las otras dos razones reflejan ausencia de información y desconocimiento de las madres sobre la práctica de lactancia materna, ya que, según la UNICEF es un mito que las madres no tengan suficiente leche para alimentar a su bebé debido a que todas las mujeres producen leche de buena calidad y en cantidad suficiente porque la lactancia es un proceso regido por la ley de la oferta y de la demanda, por otro lado, el estrés o miedo extremo sí puede aletargar el flujo de leche pero se trata de una respuesta temporal del organismo ante la ansiedad.

Cabe mencionar que la mayor participación de las mujeres en los mercados de trabajo también influye en el abandono de la lactancia. Los lugares de trabajo muchas veces no cuentan con espacios adecuados para su práctica además de la invisibilización de la maternidad para el mercado laboral.

La responsabilidad de informarse sobre la lactancia materna no sólo es de las madres, también corresponde al gobierno indicar sobre los beneficios de la práctica de lactancia materna. Para logar que más mujeres lacten y practiquen lactancia exclusiva por lo menos durante los primeros seis meses de vida de sus hijos/as es necesario implementar política pública integral que considere las causas y efectos de la ausencia de lactancia materna además de la baja prevalencia de lactancia materna en México como un problema grave de salud pública que está afectando principalmente a las mujeres y sus hijos/as.

Es fundamental incluir legislación que considere la lactancia materna como un derecho de muchas madres que deciden hacerlo y que se establezcan condiciones que permita a las madres lactar. También es indispensable obligar a las instituciones a llevar a cabo campañas informativas y actividades que impulsen la lactancia materna, por ejemplo, la implementación de lactarios con campañas que fomenten la lactancia materna como una obligación por parte del gobierno para impulsar que cada vez más mujeres lacten.

Una política pública con transversalidad de igualdad de género en la salud pública favorecería la salud de madres, hijos e hijas además de contribuir a impulsar una sociedad que considere la igualdad de género como una prioridad para el desarrollo.

Yahaira Ochoa Ortiz

Especialista en temas de género

 

González de Cossío, T., Escobar Zaragoza, L., González Castell, L. D., & Hernández Ávila, M. (2012). Encuesta Nacional de Salud Pública 2012. Deterioro de la lactancia materna: dejar las fórmulas y apegarse a lo básico. México: Centro de Investigación en Nutrición y Salud, Instituto Nacional de Salud Pública

UNICEF, Mitos y realidades de la lactancia materna. Recuperado el 3 de abril de 2017: https://www.unicef.org/Mitos_de_la_lactancia_materna.pdf

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