La reforma judicial que se está impulsando para septiembre y su propuesta de desaparición de organismos autónomos tendrían un impacto destructivo descomunal: México dejaría de ser el país democrático que es hasta hoy.

Se están endosando al nuevo gobierno compromisos económicos que detonarán en el futuro, pues hasta hoy los datos han estado maquillados y otros han sido ocultados.

En un mundo donde hay crisis de valores morales y un país que se está volviendo “amoral” y excesivamente pragmático, el daño para México de la iniciativa presidencial en el tema de justicia, puede ser un factor de desestabilización social y decadencia.