En un país en que el miedo se huele, es muy probable que hoy quien es encuestado oculte su verdadera intención del voto para evitar riesgos.

Hay que alertar al electorado respecto a la posible expropiación de los inmuebles de todas las familias mexicanas, que se convertirían únicamente en una concesión que el gobierno otorgaría a los ciudadanos.

El INE debe prohibir la publicación de encuestas, pues más que informar, éstas generan percepciones que manipulan el “voto útil” y desestimulan la intención de votar.