“No puede haber lectura de lo que no ha sido escrito y nada sabemos acerca de lo que no hemos leído. Lo que no ha sido escrito no existe”
Cada una de las imágenes que eligió para ilustrar el ensayo que escribió para la revista en cuestión la fotografié bajo su guía y dirección.
“Porfirio es mi cuate y lo estimo bien, fue mi compañero de banca en el Instituto México en quinto año de primaria (...)”
Historias del sofá y el espejo (IX y último). El grafógrafo escribe que escribe…
Salvador se sentaba en el balcón de la proa, frente al parque, para tomar el sol con su cuaderno y pluma fuente a mano
Con una puerta juntamos los dos departamentos y nuestra casa se convirtió en una especie de barco taller, yo me quedé en la proa y Salvador en la popa.
Fue el primer regalo que me hizo. Salvador en diciembre de 1968, cuando empezábamos nuestro noviazgo.
(El sofá) tuvo un uso diferente al convertir-se en el escenario de un trabajo fotográfico para el que me contrató Jimmy Fortson, director de la revista ÉL.
Sueños de Navidad. Tal vez en eso reside la verdadera naturaleza del “neutle”: Provo-ca sueños durante el dormir
Lucinda fue una gran pintora, a mi juicio, con una técnica muy fina y depurada en su pintura, además de una exitosa retratista al óleode personajes de la cultura.
Los convocamos a una pequeña tertulia a la que más tarde se agregaron el poeta Eduardo Lizalde y su esposa