Serán al final los electores, como siempre ha sido y seguirá siendo, los que tengan la última palabra y ubiquen a cada quién, candidata, candidato, partido, alianza o encuestadora, en su justa y real dimensión.

Hay en esta gloria y ruina del cine Victoria una posibilidad de transportarnos a los asombros primeros y a la manera que se descorrió el mundo para un niño y un joven que llegó para siempre a la Ciudad de México, esa ciudad que conoció primero en el cine.