Huracanes y no abrazos, y la cabeza que se nos llena de la comidilla política del día a día, , que no permite el rumor de la esperanza.

Los pasos de los caminantes insisten en recordar el derecho que tenemos todos a una vida mejor; la ilusión que nos mantiene en pie de que esa vida existe y que vale la pena caminar por ella...

Combinaciones delicadas y memorables se posaban en nuestros platos para desaparecer con gran velocidad dejando agrado en el ánimo, cordialidad en el paladar y asombro en el espíritu

La película nos propone un juego imposible en la vida cotidiana y porque el mundo no es rosa.

Necesitamos un espacio de encuentro y qué mejor que un espacio de barrio que permita la conversación silenciosa con el libro y en voz alta entre comensales