La mafia venezolana, originada en prisión, comenzó a infiltrarse en Chile desde 2018; aprovechando la laxitud de las leyes, se expandió, lo que provocó un grave deterioro de la seguridad del país andino

Aunque analistas destacan el “deber moral” de los jerarcas y los riesgos que corren, también alertan del peligro de que se conviertan en cómplices del crimen organizado y de recibir dinero sucio