Bradlee asumió el cargo de editor de The Washington Post, el cual era considerado un periódico pequeño e irrelevante. Con su decantada habilidad lectora, modificó la estructura del diario.

El grupo gobernante, ensoberbecido y ciego por el poder que le confirieron los ciudadanos, decidió desmantelar de golpe las instituciones y avances que en los últimos 30 años habíamos construido los mexicanos.