Sheinbaum sorprenderá a más de uno, pero también tomará tiempo verla plenamente en acción. No es fácil sustituir un liderazgo carismático y tan popular como el de López Obrador sin romper con él.

Ocultándose en una retórica de “darle el poder al pueblo”, hoy se plantea asaltar el Poder Judicial, aprovechándose de la corrupción, el nepotismo, los privilegios y todos los vicios en su interior.

Quien critica al oficialismo desde la propia izquierda –pese a no ser un militante, sino alguien que simplemente comparte una causa- es tratado peor que el que siempre se ha situado en el lado del adversario.