En junio de 1611 los habitantes de la Ciudad de México se encerraron, llorando y gritando, en sus casas; hoy, las personas miraban al cielo con micas sin temor

En junio de 1611 los habitantes de la ciudad de México se encerraron, llorando y gritando, en sus casas. Muchos otros buscaban asilo en los templos. Ese día, víspera de San Bernabé, “el sol fue comido, eclipsado por la luna”