¿Es lícito interrumpir y “salvar” al suicida? ¿es ético impedir la muerte en quien lo ha intentado en varias ocasiones? y ¿quién se ocupará del suicida frustrado y cómo se le reacomodara en la vida cuando su deseo es finalizarla?
¿Qué hacer con Netanyahu?
Mientras siga poniendo en primera línea su soberbia, los muertos y la destrucción persistirán. Lo mismo sucederá con el antisemitismo en el mundo: seguirá reproduciéndose.
Ética para la realidad
Boom
En 2023 más de medio millón de personas cruzaron el Darién. Entre ellas, muchos niños. Se ignora cuántos perecieron. El nivel de los ríos puede ser mayor que la altura de muchos de ellos.
Médicos y farmacéuticas
Las farmacéuticas son negocio y no son responsables de la miseria poblacional; sin embargo, deberían incrementar sus obligaciones sociales: lo que hacen por las comunidades pobres no es suficiente.
Fanatismo y ética
La ética laica es quizás la única opción para contrarrestar el mal del fanatismo.
Desclasificar
La tardanza en desclasificar perpetúa ciclos viciosos: los responsables se protegen a sí mismos y a sus familiares al no permitir desclasificar.
El síndrome Netanyahu
Mientras Bibi no sea encarcelado, el “Síndrome Netanyahu” seguirá sembrando discordia e incrementando el antisemitismo en el mundo, sea por la insabiduría de equiparar antisionismo con judeofobia o por las acciones del primer ministro.
Dentro del léxico, desaparecido es la palabra más dolorosa. Duele más que muerto e incluso pesa más que suicida. Las tumbas brindan certeza. Las muertes sin cuerpos impiden cerrarlas.