Bien. Entonces, ¿en qué nos quedamos? (...) En realidad no nos quedamos en nada, porque Volvo es una marca y un ejemplo tecnológico del que no hablamos lo suficiente, ahora nos parece. Méritos y gestos ejemplares no le faltan. Pero bueno: nos quedamos en que los chinos que adquirieron a Volvo (que hasta entonces había vivido a la sombra de las armadoras premium alemanas, sostenida por un prestigio monolítico en temas de seguridad) de pronto le dijeron: “Llegó la hora de que dejes ese estado de hibernación y que comiences a crecer por ti mismo”.
Sí, los chinos pusieron inversión de por medio, nueva infraestructura industrial, confianza, buen management... Pero básicamente le dijeron a Volvo lo que se le dice en algún momento a un hijo adolescente: “Te sostengo, pero busca por ti mismo tu lugar en el mundo. Échale ganas”.
Y vaya que en Volvo le echaron ganas. No se lo tuvieron que decir dos veces. Inició así el proceso de abandono de los motores de ocho y seis cilindros, a favor de la racionalidad de los propulsores de cuatro y tres cilindros .
Vendrían también las arquitecturas nuevas, las plataformas escalables; el relanzamiento de su vocación por la seguridad (esta vez acompañada de avances en software que configuran al ideal de la conducción autónoma como perfectamente alcanzable). Nació su visión para el año 2020 : “Nadie debería morir resultar herido de gravedad en un accidente a bordo de un Volvo.”
Vendrían, claro, las motorizaciones híbridas y los desarrollos 100% eléctricos.
El favorito de Volvo.
El XC60 es el vehículo más vendido de la marca sueca. Si Volvo quería demostrar que se había decidido a ocupar un lugar relevante en el mundo, tenía que ser, primeramente, con ese SUV mediano (o compacto, según si se mira desde el lado estadounidense de la vida).
¿Con qué concepto se suele relacionar el diseño escandinavo? Exacto, con el minimalismo. Nadie podrá ponerse de acuerdo en lo que eso significa en términos de diseño automotriz, pero acaso señalaremos que en el XC60 se traduce como ‘líneas puras’, sin esa sensación de que a un cuerpo principal o idea originaria se le añaden aditamentos. La carrocería de este SUV nace limpia, de un solo trazo, sin exceso de cromo. Y tiene volúmenes más armoniosos que, por ejemplo, el compañero que tienes al lado, el XC90.
Tecnológicamente, este vehículo es el ‘pretexto’ que tiene Volvo para actualizar y refinar el sistema City Safety , que incluye un asistente en la dirección del vehículo para esquivar de forma automática obstáculos u otros autos frente al conductor. Y más, claro: asistente en puntos ciegos, frenado de emergencia, sistema de detección de peatones, ciclistas y animales grandes en la carretera.
En las versiones con motorización T6 (con mayor potencia), a este derroche de tecnología se añade el Pilot Assist, un asistente de manejo semiautónomo que se hace cargo de la aceleración, el frenado y el accionamiento del volante a velocidades de hasta 130 km/h.
En los interiores destaca el sistema Sensus Connect , una especie de mente maestra que controla prácticamente todas las variables que entran en juego en el habitáculo, y al alcance de las manos. Desde la climatización y los avanzados filtros de aire, hasta la integración Carplay y Android.
¿Y cómo se siente en la ruta? Este es uno de esos vehículos que logran ciertas hazañas (aceleraciones contundentes, conquista de caminos sin asfaltar, curveo más que osado) con total ausencia de drama. No queremos decir que no comunique o sea aburrido; es solo que la comodidad de los pasajeros es prioritaria.
Hay tres grados de equipamiento básico: el T5, el T6 y el R-Design , por $794,900, $899,900 y $939,900, respectivamente. Todas las versiones son con tracción en las cuatro ruedas.
ESPECIFICACIONES
MOTOR2.0 litros / cuatro cilindros
POTENCIADe 254 hp (T5)
TORQUE 295 libras-pie
TRANSMISIÓN Automática de 8 velocidades
PRECIO A partir de $794,900 (Momentum T5)
320 Caballos de potencia: a lo que llega el ‘tuneo’ de la versión T6.