La recarga en Matehuala fue suficiente para llegar al siguiente punto, en las afueras de Saltillo, con la solicitud al sistema de tomar suficiente poder en ese punto para alcanzar nuestro siguiente Supercharger , ubicado en Laredo. Jugarle sorpresas al sistema puede desubicar los cálculos de las computadoras, y en este caso consumí la reserva de seguridad añadiendo un tramo adicional para recoger maletas y acompañante, cruzando Monterrey, en lugar de tomar la ruta más corta por el Libramiento calculada originalmente por la computadora.

Para compensar este consumo inesperado, unos 50 minutos antes de llegar a Laredo el auto nos advierte no sobrepasar 90 kilómetros por hora durante ese último tramo, táctica que nos permitió llegar al punto de carga de Laredo con un 5% de reserva , y que no fue difícil de mantener debido al tráfico de transporte pesado que circula a ese ritmo. Al llegar al Supercharger en Laredo el vehículo pronosticó unos 45 minutos para carga r, pero ante la ausencia de otros usuarios Tesla que estuviesen alimentando en ese cargador el periodo no excedió la media hora. El último tirón a San Antonio no requirió carga adicional, llegando a dormir unas pocas horas para el siguiente tramo en otro hotel sin cargadores.

Un auto eléctrico SÍ puede hacer viajes largos (II)
Un auto eléctrico SÍ puede hacer viajes largos (II)

A la mañana siguiente usamos el Supercharger al norte de San Antonio, en San Marcos Texas , para alcanzar el siguiente destino, a las afueras de Little Rock, Arkansas. Más tarde rodeamos las afueras de la capital texana, Austin, donde el tráfico causado por imponentes obras de infraestructura carretera forman largas filas. En esta situación no opera el Autopilot, pero sí el seguimiento automático de conservación de distancia, aunque sea a velocidad cero, y el piloto del auto eléctrico solamente necesita mantenerse en el carril adecuado. Tres pausas más en el camino, de unos 20 minutos cada dos y media horas son suficientes para tomar fotos y seguir adelante.

La red de Superchargers está diseñada para que el turista aproveche la pausa y tenga oportunidad de comer, visitar rápidamente algún centro comercial e inclusive encontramos uno en un sitio histórico de interés. Paradas de 15 y 20 minutos, a aproximadamente la cuarta y las tres cuartas partes de la jornada permiten estirar las piernas y despejarse, mientras que la pausa más alargada, a medio tramo, de alrededor de 45 minutos resulta suficiente para comer.

Mientras comemos, el auto eléctrico avisa por notificaciones al celular cuando la carga ya está lista para seguir conduciendo. Si el conductor aún no termina de consumir sus papas saturadas de sal la carga continúa, haciendo que la siguiente pausa resulte más reducida.

De Arkansas proseguimos hacia nuestro destino en Kentucky, aprovechando el Autopilot en cada oportunidad, así como la conveniencia de las indicaciones de navegación en el tablero y en la pantalla general. Destacan las impresionantes recuperaciones que el Model S realiza, gracias a su tracción integral, y abundante potencia, capaz de llevarlo de 0 a 60 millas en 2.5 segundos.

Un auto eléctrico SÍ puede hacer viajes largos (II)
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El auto eléctrico

cuenta también con audio streaming, con el que podemos buscar estaciones de radio de cualquier lugar del mundo. El indicador del volumen en el sistema de sonido, divertidamente llega hasta el 11, en referencia al documental cómico Spinal Tap.

En las recarga s o inclusive al despertar, aprovechamos la función remota de activación de climatizador para llegar al vehículo y encontrarlo con la temperatura ideal para continuar confortablemente el recorrido. Si hubiera algo que añadir a una lista a Santa Claus Musk sería la opción de enfriador de asiento y masaje, recomendable para un viaje de esta extensión.

Espera nuestra siguiente entrega donde llegamos a Kentucky y volvemos a la CDMX...

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