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Existen dos tipos de radiador en el auto: uno para el control de temperatura del motor y otro para la calefacción del aire acondicionado, es decir, como generador de aire caliente interno. Los dos radiadores son similares físicamente, sólo cambia su tamaño y posición.
Al primero se le llama radiador de motor y se encuentra en la parte frontal de tu auto. Se ubica ahí para que realice adecuadamente su función: enfríar el retorno del líquido anticongelante del motor.
Estructuralmente está diseñado con tubos y pestañas para disipar el calor y promover el enfriamiento del líquido anticongelante que corre por él.
Cuando el radiador de motor presenta una ruptura o desprendimiento de alguna parte ocasiona el mal enfriamiento del líquido, provocando un sobrecalentamiento en el motor.
Para evitarlo, es importante decirte que la revisión de este radiador es visual. Se recomienda verificar periódicamente si tiene fugas, derramamientos o un gasto del líquido anticongelante fuera de lo normal.
Para el buen mantenimiento del radiador de motor se recomienda utilizar un anticongelante de buena calidad, así como la revisión de mangueras y abrazaderas que van conectadas al mismo radiador.
Existen lugares especializados en dar mantenimiento a los radiadores e, incluso, dicen que los reparan. Sin embargo, cuando tu radiador de motor se ha descompuesto, lo mejor es hacer el reemplazo total. El costo no es excesivo y es una buena manera de proteger tu automóvil. Su desgaste se debe al tiempo de uso de tu coche.
El otro radiador es el que depende del sistema de calefacción y se ubica abajo del tablero de tu coche o atrás de los controles del aire acondicionado. Su función es generar aire caliente para la cabina del auto.
Este radiador también funciona con lo caliente del motor, es decir, el mismo líquido anticongelante caliente que genera el motor se encarga de disipar aire caliente por medio de otros componentes.
En este segundo radiador debemos tener un especial cuidado ya que no lo tenemos a simple vista y es casi imposible detectar si tiene fugas o algún daño. La única manera de checar su estado es: por medio del olor del aire acondicionado porque se detecta un aroma dulce, como azucarado; también los vidrios se empañan de manera extraña y porque es notorio el pronto desgaste del anticongelante. Además, los tapetes delanteros de tu coche se humedecen totalmente. Ahí es donde podremos notar el derramamiento del líquido y, por ende, el sobrecalentamiento del coche.
El radiador de calefacción tiene un tiempo de duración y se desgasta también por el uso. Se calcula que una buena vida de este radiador puede alcanzar los seis o hasta los 10 años. Después de este tiempo, es hora de cambiarlo.
La reparación del radiador de aire acondicionado es más costosa que la del otro radiador, pues aunque el radiador frontal es más grande, la reparación del radiador del aire acondicionado solamente la puede realizar el especialista en ese sistema.
Y aquí otro tip: cuando se presenta una falla del radiador frontal o del radiador del aire acondicionado se genera la misma falla: se sobrecalienta el motor por la pérdida del líquido anticongelante. Por eso es importante siempre checar los sensores o agujas de alertas que se ubican en el tablero del carro, pues la tempratura no debe rebsar la mitad.