Hoy en día, puedes entrar a una concesionaria en México y comprarte un Acura NSX, Honda Civic Type-R, Mazda MX-5, Nissan GT-R, Subaru WRX y, la llegada más reciente, Toyota Supra . Pareciera la década de los 90 con tantos nombres conocidos de deportivos japoneses listos para rodar por las calles, pero no es así.
Los tiempos han cambiado, no se viven las mismas situaciones que en aquellos años (en muchos aspectos) y es por eso que Toyota tuvo que tomar una decisión clave para regresar al mercado uno de sus nombres más emblemáticos: o se unía con BMW para el renacer del Supra , o no volvía jamás.
Y sí, la mayoría de los fanáticos de la marca, especialmente del nombre, han criticado a la firma oriental de utilizar la plataforma y tren de poder de un deportivo alemán en lugar de desarrollar una evolución del mítico motor 2JZ. Pero, siendo sinceros, si lo que estamos buscando es deportividad, con toda la extensión de la palabra, el Toyota Supra te lo dará lo que necesitas y será en lo que basaremos esta prueba: sus capacidades y función como un auto deportivo.
Respetando al FT-1, pero siendo realistas
Una de las partes más importantes de todo auto deportivo es que se vea como uno y, abierto a argumentación, el Toyota Supra 2020 cumple con esta parte. No es que termines enamorado a primera vista, pero es un coche atractivo y, definitivamente, diferente a lo que se acostumbra a ver en las calles de México. Si eres muy fanático del Supra , encontrarás pequeños guiños dedicados a la cuarta generación de este vehículo, especialmente en la parte trasera con un alerón integrado a la tapa de la cajuela.
Sin lugar a dudas, esa combinación de formas curveadas que se rematan con filos proponen y nos recuerdan que quiere parecer como un deportivo japonés. Cuenta con tomas de aire “falsas” que sí tienen un propósito, ya que si algún gustoso de las modificaciones así lo desea, puede quitar estas tapas plásticas para equipar un sistema de aire de alto flujo o algunos otros elementos.
Las proporciones respetan los cánones deportivos: un cofre largo, cabina corta y parte trasera ensanchada. Esto lo hace acreedor de su debida porción de atención, que incluso provocó que un conductor de un Toyota MR2 , otro deportivo noventero de los japoneses, se orillara y tomara una fotografía de ambos coches juntos.
Mismo nombre, completamente nuevo interior
La configuración de solo dos asientos es nueva ya que las primeras cuatro generaciones echaban mano de un par de asientos pequeños en la parte trasera. Los asientos tipo cubo forrados en piel son cómodos y brindan un buen apoyo y, contrario a lo que parecería por fuera, hay un buen espacio para la cabeza.
Sin embargo, se sacrifican algunos puntos de funcionalidad en favor al estilo. Por ejemplo, las puertas son muy cortas y será incómodo el acceso para personas muy altas, además de un espacio para rodillas “limitado” por la barra colocada detrás de los asientos.
Si no te gusta lo que BMW hace con sus interiores, encontraras un gran punto negativo en el Supra. Tanto la palanca de velocidades, como la consola central, materiales y pantalla del sistema de infoentretenimiento son extraídas directamente de la firma teutona.
Podemos controlar algunos elementos del coche con una perilla giratoria al alcance de la mano derecha, además de contar con conectividad a nuestro teléfono celular via Apple Carplay. El sistema de audio es de buena fidelidad y, a pesar de su tamaño compacto, se dota de 12 bocinas en el interior para asegurar una inmersión tridimensional.
El punto ciego de los pilares C es considerable y te hace mirar más de dos veces por todos los huecos posibles para asegurarte que la incorporación a un carril es posible, pero la visibilidad hacia el frente y laterales no está comprometida en ningún sentido.
No se goza de grandes lujos como se puede ver en algunos otros productos de la actualidad como los GT o SUVs, pero recordemos su principal finalidad: ser un auto deportivo, con poco peso teniendo solo lo vital para su uso.
Conjunción alemana-japonesa
Bajo el cofre encontraremos un motor de 6 cilindros en línea (los anteriores Supra también tenían esta configuración mecánica) con 3.0 litros de desplazamiento y un turbocargador que da como resultado 335 caballos de fuerza y 365 lb-pie de par , que se notan disponibles entre las 1,600 y 4,500 RPM.
Acoplado a este motor tenemos la siempre buena transmisión ZF de 8 velocidades, que ofrece un control manual por si ese día despertamos con ánimos de divertirnos haciendo los cambios por nuestra cuenta.
De acuerdo con Toyota, el Supra es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en 4.1 segundos y, a decir verdad, se siente completamente creíble esta cifra al considerar lo fuerte que este vehículo acelera cuando pisamos el acelerador a fondo.
Esta aceleración está acompañada por un escape que pareciera siempre estar enojado y, al soltar el pedal derecho, se escuchan unas ligeras “explosiones” que sin duda complementan esta sensación de deportividad por la que apela el auto.
Mi más sentido pésame a todos aquellos que esperaban una transmisión manual en este Supra . Para todas sus configuraciones disponibles en la actualidad solo se encuentra una caja de cambios automática, pero algunos puristas hubieran preferido un tercer pedal para una experiencia más “juguetona”.
Otro punto importante a tratar es el especial trabajo que pusieron los ingenieros de la marca para lograr una distribución de peso perfecta 50:50 y un centro de gravedad bajo, dando como resultado un manejo muy ágil en caminos con muchas curvas.
Todo el componente mecánico se complementa con frenos firmados por Brembo, rines de 19 pulgadas con neumáticos Michelin Pilot Super Sport (de muy buen agarre incluso en caminos húmedos) y una dirección que todo el tiempo entrega una retroalimentación de lo que sucede en el eje delantero para saber en dónde colocaremos en coche en la siguiente curva.
Es justamente en todo este apartado, la puesta a punto, que Toyota decidió dibujar una línea entre ellos y BMW para entregarle a los fanáticos de los deportivos japoneses un auto completamente diferente en el camino en comparación al roadster alemán.
Un deportivo propiamente elaborado
En general, el auto presume de un balance que se nota cuando le exigimos un poco más, e incluso se vuelve hasta cierto punto adictivo el querer estar ligeramente de lado en carreteras con caminos revirados gracias a su facilidad de provocar sobreviraje controlado.
Incluso, si eres una persona con conocimientos en manejo deportivo más profundos, y estás acostumbrado a frenar con el pie izquierdo, la computadora del auto te permitirá operar al mismo tiempo el acelerador y el freno sin cortar la inyección al bloque cuando se presiona el pedal reductor de velocidad.
Simplificado su manejo para aquellos que no estén acostumbrados a los numerosos botones y configuraciones, Toyota decidió solamente poner dos modos de conducción disponibles en el coche: Sport y Normal. Al seleccionar el primero de ellos, la configuración de la dirección, suspensión, transmisión, escape y diferencial electrónico se vuelve más agresiva y de respuesta veloz.
¿Quieres salir disparado? Desactivando el control de tracción, poniendo la caja de cambios en modo manual, activando el modo sport y pisando ambos pedales al mismo tiempo se activará el launch control, que optimiza el agarre del coche para arrancar lo más rápido posible.
Por un precio de 1 millón 149 mil 900 pesos … ¿vale la pena? Si lo que estás buscando en un auto con un enfoque 100 por ciento deportivo que llevarás continuamente a las pistas, sí, pero si no es así, podrías buscar otras opciones.
Convivir con el Toyota Supra día a día puede ser algo complicado, especialmente en ciudades como lo es la capital de México gracias a sus incontables baches, topes altos y calles en mal estado.