Por mucho tiempo los sedanes resultaron ser la opción racional y popular en cuanto a vehículos espaciosos, cuyas capacidades de carga y comodidad eran el equivalente a sensatez para cualquier clase de conductor, ya sea de forma personal o colectiva.
Sin embargo, el principio que mantiene funcionando a la industria de la moda, en el sentido de que las tendencias, gustos y afinidades del mercado cambian, ha generado que hoy prácticamente todas las marcas fabricantes de autos apuesten a los crossovers y SUVs como columna vertebral de su oferta al mercado global.
Los hay de todas clases: deportivos, eléctricos y recientemente, se ha popularizado el ofrecimiento de crossovers que, minuciosamente medidos, son en realidad una versión elevada de pequeños autos subcompactos. Estos, al ser más reducidos en tamaño, tienen precios más accesibles (sin tomar en cuanta a los premium) y naturalmente, ha crecido su demanda en nuestro país.
Toyota
llega considerablemente tarde a la fiesta de este tipo de vehículos en nuestro país, ya que estos, tienen desde 2003 cabida en la preferencia del mercado nacional, sin embargo, en los pasados dos años han tenido un crecimiento jamás antes visto.
Así pues, Toyota apuesta por su nuevo C-HR como un producto en extremo relevante para sus ambiciones de ventas en 2018, gracias a la planeación de un auto que ha sido estudiado para las preferencias del mercado mexicano.
Definido bajo las siglas de Compact High Rider (C-HR) , Toyota ofrece una propuesta que combine las dimensiones y formas de una SUV con las prestaciones y atracción de las carrocerías de un coupé. Sin embargo, el dictamen puede ser definido como un producto de un segmento popular con un aspecto arriesgado.
Formas radicales, fondos convencionales. El nuevo Toyota C-HR estrictamente es una especie de hatchback subcompacto con una plataforma elevada. Sacrifica un verdadero espacio funcional por un aspecto más robusto desde el exterior. Sin embargo, esto no debe de ser entendido como un pecado exento al nuevo C-HR, sino al del segmento mismo, pues el espacio interior es considerablemente igual que el de sus principales competidores.
Está basado sobre la plataforma TNGA (Toyota New Global Architecture) , también presente en el Prius y en el Camry de nueva generación. Sin embargo, este soporte es empleado en una interpretación más reducida para dar cabida a próximos productos compactos de la compañía con esta arquitectura.
Destaca de la oferta homogénea por formas más radicales entre sus trazos que definitivamente lo distinguen de su segmento . Asimismo, el más reciente producto de la familia Toyota tiene aspecto de ser un vehículo con capacidades todoterreno , que no está respaldado por la instalación del sistema de tracción integral o grandes cifras de desempeño.
Las líneas que definen la forma de elementos como los faros, manijas de las puertas, parrilla y todo aspecto exterior visible tiene un corte ajeno a lo ordinario de su segmento, sin embargo, como en la generalidad de esta clase de productos, su núcleo es bastante normal. Motor cuatro cilindros con transmisión CVT.
Este motor tiene dos litros de desplazamiento y una potencia de 146 caballos de fuerza y apto para generar 139 libras-pie como capacidad de torsión. Estos números entran en el mismo espectro en el que se colocan otros modelos como Mazda CX-3, Chevrolet Trax y superior a otros como Nissan Kicks y Hyundai Creta.
Estandarización positiva. Al igual que el uso de la plataforma TNGA ha servido para uniformar la sensación de firmeza, las más recientes presentaciones de Toyota han sido dotadas de un competitivo equipamiento de seguridad en entregas como el Camry o el Prius.
En este sentido, el nuevo Toyota C-HR se coloca dentro de las opciones más competitivas en el apartado de seguridad, pues cuenta en todas sus versiones con la instalación de siete bolsas de aire y sistemas de asistencia de manejo para proteger al conducto por encima de lo protocolario, pues cuenta con sistemas como el frenado de emergencia inteligente y distribución electrónica de fuerza de frenos.
Todos los huevos en una sola canasta. Aquí entra la verdadera fortaleza de Toyota, pues su tardía llegada al mercado mexicano se ve justificada por una minuciosa planeación, en la que cubre los aspectos más demandados del público mexicano y además, ofrece equipamiento que va más allá de lo que simplemente cumpliría de panzazo.
Quien ha estado a bordo de uno de los más recientes productos de Toyota puede encontrar un agradable espacio en el que materiales y figuras agradan por ser estéticamente propositivos y además, amigables para su operación. En el nuevo Toyota C-HR sigue este tono e incorpora la instalación de un tablero de 4.2 pulgadas a color y una pantalla de infoentretenimiento con sensibilidad al tacto de siete pulgadas.
Hay piel en la cobertura del volante y éste cuenta con botones de comando para ejecutar la conexión al celular y controles del audio. Los asientos son de vestidura en tela y probablemente representan, el área de mejora más clara para este modelo.
Otro apartado que probablemente genere desaire entre el perfil al que este vehículo apunta es la ausencia de sistemas de vinculación de telefonos celulares con las plataformas Android Auto y Apple CarPlay , aunque compensa esto con una interfaz bastante amigable, la cual también está presente en el Toyota Prius.
Toyota basará su estrategia en el mercado mexicano con la oferta exclusiva de una versión con precio de 359 mil 900 pesos , un valor que lo coloca en una afrenta directa con las versiones tope de gama de su competencia más directa en términos de potencia, pues las variantes más costosas de Trax y CX-3 se colocan entre 10 mil y 30 mil pesos más caras que el nuevo jugador de este segmento.
Al igual que las opciones de subcompactos en carrocería sedán, la decisión última se regirá por los criterios de precio y qué tan bien cada uno de ellos se adapta a las necesidades particulares de cada cliente. Sin embargo, el nuevo Toyota C-HR puede apostar a ser el sinónimo de la opción con más seguridad y más irreverencia estética de su segmento.
Mientras nos acostumbramos a mirar de manera cada vez más constante este tipo de vehículos (sin importar sus dimensiones), siempre serán bien recibidas propuestas como la de Toyota, que si bien no son exactamente divertidas de manejar, son tecnológicas y seguras.