Muchas personas eligen adquirir un coche de agencia desde sus emociones y eso es un grave error. Lo cierto, es que resulta difícil tomar esta decisión solo desde la cabeza (lo que puede causar problemas al nuevo dueño) pues, para muchas personas, se trata de un logro importante agregar un vehículo a sus posesiones.
Una parte importante es analizar los beneficios que te traerá el coche. Sin embargo, no es el tema ahora. Antes de verificar que te puede ofrecer cada modelo es más importante pensar ¿Cómo voy a pagarlo? . Y es por eso que ahora te explicamos todo lo que necesitas saber para comprar un auto nuevo a través de un financiamiento.
Quiero, puedo, ¿debo?.
Al tocar el tema de decisiones sobre finanzas personales , el “deber ser” de los gurús y consejeros especialistas en temas monetarios tiende a racionalizar el proceso de elección. ¿Qué te conviene como usuario? ¿Cuál es la opción de más valor por el dinero? ¿A cuánto asciende el costo final, incluyendo intereses, pero reduciendo la deducibilidad? Esta refinación cerebral puede parecer atractiva de modo aislado y en el papel, pero si la opción económica de un vehículo que pareciera ofrecer el mayor valor por el dinero no te satisface, los aspectos emotivos no resueltos harán percibir como “mala” aquella decisión al poco tiempo.
Más complejo se vuelve decidir cuando además del “qué”, en cuanto a producto, entra en el proceso el “cómo”: el financiamiento. Los montos que entran en juego como enganche, mensualidad, precio final, seguro, consumos de combustible y otros gastos asociados complican el volumen de factores en consideración, pues es un porcentaje minoritario del mercado el que adquiere su vehículo de contado. Añadimos el efecto fiscal de esta compra en el corto y largo plazo y, ante la complejidad de la decisión, podríamos empezar a considerar viable trasladarnos a lomo de burro.
Contempla tus capacidades.
Una vez bien planteada la decisión de qué producto es el que más te conviene, lo siguiente es cómo adquirirlo. El Doctor Ramón Ibarra, profesor de finanzas del IPADE (Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas), sugiere en la materia que imparte el buscar la congruencia en el periodo de utilización del bien con el de amortización de su pago. Productos duraderos se pagan a largo plazo; y consumibles, a corto.
Según la situación fiscal en que nos encontremos, la opción del leasing puede resultar conveniente por el monto a amortizar contra base gravable y por la facilidad de cambiar de vehículo al término del periodo acordado. Para esta decisión es indispensable solicitar a nuestro proveedor de servicios contables una corrida para determinar el monto exacto en que nos beneficiará esta medida. Estando sujeta esta decisión a disposiciones fiscales y nuestra situación propia mes con mes, es necesario aplicar la calculadora con rigor para saber qué terreno estamos pisando.
-La situación integral.
Para dar rumbo a las emociones y sentimientos relacionados a la compra de tu siguiente vehículo , sugerimos definir la importancia que tienen los siguientes factores en tu situación personal desde distintos ángulos y criterios:
-Longitud de tus viajes.
Según la duración de tus trayectos usuales puedes decidir si deseas un auto con un tanque de combustible de mayor autonomía, con cajuela amplia y consumos acordes a tu alcance. Si lo usarás primordialmente en ciudad, conviene una opción más ágil, con torque elevado y transmisión automática te hará el día a día más disfrutable.
-Corto o largo plazo.
Elige tu financiamiento de acuerdo al periodo que piensas tener tu vehículo. Si alargas demasiado el plazo no solo estarás incrementando el volumen de los intereses, los últimos años estarás conduciendo un auto que ya no te acomoda y que, naturalmente, podría quedar corto en tecnología.
-Totalmente nuevo o seminuevo.
Un modo de acceder a una gama más alta sin pagar más es buscar unidades de muy poco uso. Vehículos de agencia que fueron usados para demostración de venta o como prestación para ejecutivos o que hayan sido devueltos por falta de pago o indecisión, con año modelo justo del ciclo anterior permiten acceder a un ahorro interesante, y usualmente tienen garantía. Sin embargo, al financiar estas unidades en ocasiones las condiciones de plazo son más cortas.
-La importancia del enganche.
El pago inicial es el desembolso más fuerte al adquirir vehículo financiado. En general se considera que entre más alto sea causará menos intereses al final del crédito, pero también toma en cuenta otras aplicaciones que esos recursos podrían resolver en tu vida diaria, desde invertir en equipo de trabajo o de casa que necesite ser sustituido hasta el fondo de ahorro estratégico que estés engordando. Ante todo, piensa en el costo de oportunidad antes de descapitalizarte.
-El tiempo deseado.
Si planeas conservar tu auto por periodos prolongados (de cinco años o más), te puede resultar más viable elegir un vehículo de mayor precio, pero requiere provenir de una marca con reputación de ser duradera. Al conservarlo por más años le darás mejor uso al recurso invertido, pero es necesario considerar que su valor de reventa será afectado en mayor medida. Si por tu situación fiscal o profesional requieres sustituir tu auto con más frecuencia te conviene un producto fácil de vender, no de nicho o solo para entusiastas.
-La famosa mensualidad.
Es indispensable en tu decisión contemplar el monto de tu pago periódico. Aunque de entrada el volumen puede parecer manejable comparado a tus ingresos, considera otros gastos que puedes tener en tu gasto corriente como seguros de casa o gastos médicos, además del correspondiente a tu vehículo. Ten en cuenta el monto del deducible y separa un ahorro de emergencia para que, en caso de sufrir un accidente, no afecte tus finanzas. Igual para el costo de una llanta, pues si basta una ponchadura para que no completes el mes quizá tu presupuesto está muy apretado.
-Términos y condiciones.
Examina cuidadosamente y con el tiempo que necesites las condiciones de tu financiamiento, para evitarte sorpresas desagradables, tanto en lo pactado como en sus tiempos. En cuanto a las condiciones del seguro, la financiera (o banco) te permite elegir después del primer año al proveedor de tu preferencia pero toma nota del periodo previo en que se requiere dar aviso, las condiciones de la póliza a contratar y su beneficiario, así como los documentos requeridos para que no se renueve automáticamente. Si te descuidas te encontrarás pagando dos pólizas.
-Paga puntualmente.
Dependiendo del grado de incertidumbre en que tus condiciones laborales se encuentren, decide si vas por todo atrevidamente o eliges un rango más moderado en tu endeudamiento mensual. Si estás celebrando un nuevo puesto, date un periodo de prueba prudente antes de comprometer esos nuevos ingresos: al menos seis meses. Familiarízate con tu banco para explorar la opción de que tus pagos queden programados a través de banca en línea o, bien, anota recordatorios recurrentes en tu agenda, ya sea electrónica o de papel.
-La opción de no comprar.
Antes de comprometerte, reflexiona si en verdad necesitas en este momento cambiar de auto, y es parte de tu plan de vida a largo plazo. Cambios en nuestras condiciones personales pueden repercutir en decisiones de compra abruptas. Si vecinos o amigos están cambiando constantemente de vehículo es algo que a tu persona y tu familia no les incumbe, y subirse a esa carrera puede causar estragos en tu economía.
Por otra parte, un vehículo dilapidado tampoco resulta recomendable por seguridad, confiabilidad y paz mental. Si las fallas mecánicas constantes se han incorporado a tu vida y tu mecánico de confianza manda sus niños a clases de equitación gracias a ti, es momento de revisar opciones y tomar una decisión informada.