De manera paulatina, algunas naciones comienzan a dejar atrás la cuarentena establecida por la pandemia de Covid-19. Sin embargo, la reanudación de actividades y la reapertura de parques, restaurantes u oficinas no son sinónimos de cantar victoria o bajar la guardia, cosa que los taxistas de diferentes partes del mundo han entendido a la perfección.
Desde protecciones de plástico improvisadas hasta modernos paneles de acrílico, una de las constantes es la protección de los conductores , ya sea que solo rodeen sus asientos o que de plano bloqueen la parte delantera de los vehículos . Eso sí, más allá de los recursos disponibles, las mascarillas y los guantes se han convertido en algo tan indispensable como el taxímetro .
En su capital, Bangkok, personal de la Dirección de Ingeniería Aeronáutica fabrica unas mamparas para que pasajeros y taxistas tengan el menor contacto posible. La estructura incluye una ventanilla corrediza para poder realizar el pago de los traslados y, dado que ésta divide por completo el interior del automóvil, también tiene instalados unos ventiladores, de manera que la gente viaje cómodamente.
Otras alternativas más modestas consisten en pegar con velcro un hule alrededor del automovilista . En este caso, además, se evita el intercambio de efectivo con ayuda de un código QR que el usuario escanea para pagar.
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En el municipio de Mabopane se colocó una cabina que rocía desinfectante a la gente antes de que aborde un taxi .
Asimismo, los coches son sanitizados regularmente. Esta nación reportó la víspera 803 nuevos casos y, en total, ha registrado más de 18 mil contagios.
Wuhan, en la provincia de Hubei, fue señalada como el origen del brote del coronavirus SARS-CoV-2 . En esta ciudad, a los usuarios se les toma la temperatura antes de que se suban a un taxi .
Además de limpiar a fondo las unidades, los taxistas de Yakarta (la capital) sitúan una caja de pañuelos desechables y un bote de basura en la zona de pasajeros. Aunado a ello, ponen un plástico con broches a presión para mantenerse aislados.
Recientemente, el gobierno indonesio anunció una serie de castigos a quienes salgan a la calle sin mascarilla o se congreguen en grupos.
En Madrid, algunos taxistas apuestan por adaptar una mampara de acrílico con un pequeño espacio por el cual reciben dinero o, bien, acercan la terminal a los sujetos que paguen con tarjeta.
Mientras que los autobuses de este país son sanitizados con frecuencia y algunos de sus asientos están inhabilitados para conservar la sana distancia entre pasajeros.
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Con ayuda de unos tubos, los taxis muestran una especie de cubículo en su interior, para resguardar la salud de automovilistas y viajeros. Aparte, el respaldo de los asientos trae un cartel con las recomendaciones sanitarias para todo aquel que ingrese al vehículo .