No es un secreto que, la mayoría de los fanáticos de los autos, tenemos un cierto gusto por la velocidad. Hasta cierto punto, y de manera segura, resulta ser adictiva y siempre queremos ir un poco más rápido. Para satisfacer esta necesidad de velocidad, existen muchos tipos de vehículos, pero ninguno como los superdeportivos.
Marcas como Bugatti con el Chiron Super Sport han logrado velocidades de hasta 480 kilómetros por hora, lo que los coloca como uno de los más rápidos del mundo. Sin embargo, una pequeña marca de origen estadounidense declaró haber roto todos los récords de velocidad con su nuevo auto.
Se trata del SSC Tuatara, que, según sus creadores, alcanzó una velocidad de 532 kilómetros por hora. Esto jamás se había visto, e inmediatamente puso en la mira de todo mundo a la pequeña compañía, lo que reveló algunos detalles incongruentes y cuestionaron la veracidad del hecho.
Sin embargo hay que entender los motivos por los que SSC realizó todo este espectáculo, cómo fue que lo hicieron y cuál es su postura al día de hoy luego de haber sido descubiertos en una gran mentira.
¿Qué es SSC?
Conocida previamente como Shelby Super Cars (sin relación alguna con Carol Shelby) fue fundada por Jared Shelby. Cuando él era niño, competía en un serial de karts que lo hizo recorrer una gran cantidad de países, empapándose en cada lugar de automóviles exóticos y superdeportivos de los años 80.
Cuando creció se graduó como ingeniero mecánico y comenzó a trabajar para una firma médica llamada Advance Imaging Technology, de la cual era socio. Su trabajo era resolver problemas en las máquinas, así como pensar en formas de optimizar la producción de la planta.
Finalmente, en 1998, renunció a su parte de la sociedad y con el dinero fundó SSC Northamerica para seguir su sueño de fabricar un automóvil superdeportivo 100 por ciento estadounidense.
Su primer producto, llamado Ultimate Aero, fue una buena forma de comenzar a hacerse de un nombre. Contaba con 1,200 caballos de fuerza y su velocidad máxima era de 411 kilómetros por hora, una de las más altas de la época.
Este récord de velocidad fue verificado por los Récord Guinness, lo que les brindó un estatus de confiabilidad ante sus declaraciones. A los pocos años, Bugatti les quitó el trono gracias al Veyron Super Sport y sus 430 kilómetros por hora.
Alimentados por la revancha
En cuanto SSC se enteró de que Bugatti ahora tenía el récord, dedicaron a todo su departamento de ingeniería a desarrollar un nuevo automóvil capaz de vencer al superauto francés.
El desarrollo comenzó en 2012, pero no fue sino hasta 2019 que presentaron en el Concurso de Pebble Beach al SSC Tuatara, un hiperauto diseñado con una sola idea en mente: tener la velocidad tope más alta del mundo.
Cuenta con un chasis de fibra de carbono, así como una carrocería de monocasco fabricada en su totalidad con este mismo material ligero. Propulsando a esta creación, encontramos un motor V8 de 5.9 litros de desplazamiento con dos turbocargadores, que proporciona la cantidad de 1,750 caballos de fuerza y 1,341 libras-pie de par.
Sin embargo, este desarrollo viene acompañado de un costo alto. SSC lanzó al Tuatara con un precio de 1.6 millones de dólares y su producción sería limitada a unos cuantos años y pocos ejemplares.
Según los cálculos de SSC, el Tuatara podría romper el récord de velocidad y convertirse en el rey con 532 km/h. Esto, indudablemente, levantó ánimos de propios y extraños ante el modelo.
El principio de los problemas
Todo lo anterior mencionado suena bien para SSC, pero cuando se trataba de poner el coche a prueba, se encontraron con algunos problemas. Todo empezó en octubre del 2020, cuando la marca liberó uno de los primeros videos del Tuatara a máxima velocidad, pero las cosas no cuadraban como deberían.
El clip se realizó en Nevada, con una carretera cerrada, en donde realizaron dos pasadas para buscar establecer un nuevo récord de velocidad. En la primera pasada lograron 483 kilómetros por hora, muy lejos de los 532 km/h anunciados por la marca.
Sin embargo, el video del intento de regreso mostró que el auto viajaba a la velocidad prometida de 532 km/h, pero aquí fue donde las personas comenzaron a dudar de la veracidad del intento.
¿Por qué, lejos de todos, mágicamente el auto logró aumentar casi 50 km/h en su velocidad tope? Normalmente, cuando se hacen este tipo de intentos, ambas pasadas diferencian por apenas 4 o 5 kilómetros por hora.
Esto se hizo notar con comentarios de las personas en redes sociales, quienes cuestionaban la diferencia de ambas pasadas. Según la mayoría, SSC había dado la “ilusión” de viajar más rápido de lo que en verdad era, por lo que se comenzaron con investigaciones más a fondo.
Este tema llegó a ser tema importante de análisis, pero se necesitaban ingenieros y matemáticos para solucionar la verdad. En búsqueda de la verdad, el canal de YouTube Engeneering Explained seccionó partes del video y analizo la velocidad que se mostraba en el GPS contra la que se percibía desde las ventanas.
A base de ecuaciones, llegaron a la conclusión de que el auto solamente había alcanzado 390 kilómetros por hora, muy lejos de los 532 km/h prometidos.
La culpa era de otros
Este análisis llegó a poder de SSC, quienes, rápidamente, argumentaron que los cálculos estaban bien realizados, pero el problema era que no empalmaron los videos correctos. Según ellos, el video del GPS sí era el adecuado, pero el de la cámara a bordo era de unas pruebas previas al intento final.
Esto, naturalmente, volvió a levantar dudas sobre el récord de velocidad. Nadie creía que en SSC no tuvieran el cuidado de revisar dos videos para saber si eran los correctos, por lo que las críticas continuaron.
Los creadores del Tuatara defendieron su récord diciendo que tenían evidencia física del GPS y la marca proveedora del mismo, Dewetron, estuvo en el lugar para confirmarlo. A los pocos días, Dewetron se deslindó del hecho argumentado que jamás estuvieron presentes en Nevada y que la configuración del GPS pudo haber estado incorrecta.
SSC recibió fuertes críticas en redes sociales por tratar de engañar a las personas. La firma pidió perdón, argumentando que sus sensores no estaban debidamente calibrados, lo que arrojó un dato erróneo.
Un nuevo intento
En enero de 2021, SSC se presentó con el Tuatara en el centro de pruebas del Kennedy Space Center, donde tratarían de establecer, de nuevo, un récord de velocidad máxima. Esta ocasión, llevaron equipos Racelogic, así como a los ingenieros de la marca para calibrar y configurar adecuadamente el GPS.
De nuevo, se realizaron dos intentos. El primero de ellos arrojó una velocidad máxima de 449 kilómetros por hora, mientras que el segundo paró el medidor en 453 km/h. Su velocidad máxima promedio entonces fue declarada en 453 km/h, lo suficiente para quitarle el trono a Koenniggseg.
Sin embargo, SSC seguía queriendo demostrar que podrían superar los 500 km/h y agendaron un nuevo intento un par de semanas después. Lamentablemente, el camión en el que transportaban el auto se volcó y el hiperauto terminó destruido.
A pesar de toda la polémica que rodea a SSC en este momento, no podemos dejar pasar por alto el hecho de que Jared Shelby logró su sueño: fabricar un hiperauto capaz de vencer a las grandes compañías europeas.