Bien dicen que el tiempo no perdona y esto no es la excepción cuando se trata de las habilidades detrás del volante. Al margen de alguna condición médica o del abuso de sustancias , la edad suele ser la principal responsable de que los automovilistas cometan ciertos errores o lidien con inconvenientes que antes no tenían.
Lo importante es no minimizar los cambios experimentados, pues estos incrementan el riesgo de un potencial accidente. Aunque tampoco se trata de vender tu coche de un día para otro, o que despiertes sin poder recordar cómo se cambia de velocidad.
Si tú o un familiar o amigo están en la tercera edad (a partir de los 60 años ) y ya vivieron alguna de las siguientes situaciones (las cuales no habían ocurrido nunca antes), acudan con su médico y, dependiendo del diagnóstico, quizá baste con renovar sus anteojos o que dejen de manejar en horarios nocturnos.
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Si eras de los que presumía un historial impecable como conductor y, de pronto, no haces más que acumular infracciones, no es que seas la víctima favorita de las cámaras, radares u oficiales de tránsito.
Este aspecto puede ser favorecido porque estás frenando a destiempo y, por ende, te pasas la luz roja o quedas sobre los pasos peatonales. Asimismo, puede ser que hayas olvidado prender las direccionales o, bien, que estabas distraído tratando de reconocer el camino a casa cuando incurriste en una falta al reglamento.
"Es común que el envejecimiento implique cierto grado de problemas de memoria, así como una ligera disminución de otras habilidades de razonamiento. Algunos problemas de memoria son el resultado de afecciones tratables", explican los especialistas de Mayo Clinic.
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Por naturaleza, a partir de los 40 años de edad, los seres humanos perdemos la capacidad para enfocar objetos cercanos . Pero también es posible que las personas mayores de 60 presenten fallas con su visión central.
"La degeneración macular asociada con el envejecimiento , gradualmente, destruye la visión central y el detalle de las imágenes. La visión central hace falta para ver con claridad y realizar tareas diarias como leer y conducir", señala el Instituto Nacional del Ojo (NEI, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con la Cleveland Clinic, otras señales de alerta son: pisar el freno en lugar del acelerador o viceversa; tener molestias para girar la cabeza antes de cambiar de carril; y batallar para mantener el auto en el centro del carril.
"Si notas algún descenso en las habilidades de manejo de tu ser querido, esto no significa que debas quitarle de inmediato el automóvil. El primer paso es platicar con él sobre las conductas que te preocupan", recomienda el centro médico-académico.
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Asimismo, la Cleveland Clinic exhorta a prestar atención ante el aumento de frustración, enojo y ansiedad durante tus traslados.
O tal vez ahora tiendes a discutir con otros automovilistas, pues "ciertos cambios naturales que ocurren con la edad , como el control de impulsos, pueden hacerte que tengas una lengua más mordaz que antes, y es más probable que digas lo que estás pensando, bueno o malo", advierte la AARP, asociación dedicada a las personas jubiladas .