Unos de los elementos que se desgasta más rápidamente en los autos son las llantas . Siendo una pieza clave para nuestra seguridad es muy importante reemplazarlas a tiempo pero entonces ¿qué se debe hacer con los neumáticos usados ? Te lo explicamos a continuación.
El correcto desecho de llantas es un tema no solo de cuidado del medio ambiente, sino de salud. Si tienes el plan de dejar los neumáticos viejos en un rincón de tu casa, malas noticias, hay muchas razones por las cuales no deberías hacerlo pero, afortunadamente también muy buenas opciones para darles una segunda vida.
Empecemos con lo básico, si llevas algunos años con tu auto y no sabes si es hora de reemplazar las llantas , Ford nos propone 4 señales a revisar:
Desgaste de la banda de rodamiento. Es el dibujo de la llanta que brinda tracción por lo que, al estar desgastada podría no brindar un agarre óptimo. Para comprobar su estado puedes utilizar una moneda de 1 peso mexicano, si al colocarla no se cubre completamente la parte plateada es recomendable un cambio.
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Grietas en las paredes. Observa que no existan cuarteaduras, de lo contrario, aunque podría no ser necesario un cambio, sí es conveniente una revisión.
Burbujas o chipotes. Las protuberancias pueden ser provocadas por baches o malas condiciones en los caminos y son señal de que posiblemente la parte interna se haya dañado por lo que si detectas este problema debes cambiar la llanta a la brevedad para evitar algún accidente.
Desgaste irregular. Aunque debido a la fricción y factores como condiciones del camino, el desgaste no uniforme es común, si existe un desgaste significativamente mayor en algunas partes de las llantas , se aconseja una revisión, pues podría ser señal de presión incorrecta o de una falta de alineación y balanceo.
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Si después de hacer la revisión decides que es momento de cambiar las llantas te damos algunas recomendaciones para hacerlo de manera responsable.
El tema es relevante porque se estima que en México hay más de 300 millones de neumáticos desechados; 40 millones de ellos se tiran al año en cementerios o basureros clandestinos, y solo un 12% se recicla. Pero con los correctos procesos, se estima que más de 500 millones de unidades podrían ser reutilizadas.
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Como explica la compañía Firestone, uno de los grandes problemas del desecho de llantas es la quema de las mismas. Los gases producidos en este proceso, son tóxicos y pueden resultar cancerígenos y dañinos para la salud.
Y no solo eso, los “cementerios de llantas ” pueden ayudar a la propagación del dengue, zika y chikungunya.
Así que no las tires en el basurero pues no son biodegradables y permanecerán allí para siempre. Lo mejor es buscar un lugar en donde se garantice que serán recicladas de la manera correcta por ejemplo, rescatando el caucho natural y sintético; las fibras textiles como nylon, poliéster, rayón; así como metales como el alambre y acero.
Una opción es acercarte a la Asociación de manejo responsable de llantas usadas, una organización sin fines de lucro que, además de crear campañas de concientización se encargan de la recolección de neumáticos viejos.
La asociación también ofrece ideas en caso de que quieras conservar las llantas para crear algo más por ejemplo un esquinero, una maceta, una silla, un porta paraguas y hasta un sistema de seguridad para evitar los escalones resbalosos.
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Una vez que llegan a una planta de reciclaje las llantas pueden ser tratadas con un proceso llamado pirolisis, una técnica que consiste en quemarlas sin utilizar oxígeno para recuperar el 100% de sus materiales que después sirven para fabricar nuevas.
También pueden ser trituradas hasta obtener diferentes tamaños de partículas que pueden utilizarse para diversos fines. En esta técnica se separan el acero y las fibras textiles del caucho mediante un electroimán.
Un proceso de reciclaje más, consiste en congelar la llanta a temperaturas extremas de menos 120°C para después golpearla hasta separar sus componentes.
Tras su destrucción los materiales que se rescatan pueden ser utilizados para sellar grietas, hoyos o perforaciones; impermeabilizar techos y paredes; fabricar tejas, adoquines, losetas y otros materiales de construcción; hacer pistas de atletismo, canchas, balones; reparación de asfaltos en calles maltratadas; fabricación de suelas de zapatos y más.
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