A lo largo de la historia del automóvil, han existido infinidad de modelos en todos los tamaños y configuraciones posibles. Pero solo algunos logran estar vigentes a pesar del paso de los años.
Esto lleva a preguntarnos, ¿qué es lo que los vuelve tan especiales? No es lo mismo manejar un Toyota Corolla que algún Ferrari de edición muy limitada. Aunque ojo, no necesariamente tiene que ser un auto carísimo para entrar en esta categoría de coches icónicos.
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Autos que sobreviven al tiempo
Son varios factores los que determinan si un auto puede ser considerado un ícono entre los entusiastas. Pero también es algo que puede tornarse subjetivo, aunque existen cuestiones que sin duda todos podemos considerar para que entren en este nicho.
Uno de ellos es el diseño: atemporal, raro o de la pluma de algún diseñador exclusivo. Un Aston Martin DB5, como el de James Bond, puede entrar en esta categoría, pues tras 60 años de haber sido develado, continúa como un deportivo que atrae miradas.
Otro elemento puede ser la innovación e ingeniería. Un ejemplo de ello puede ser el Citroën DS, con su sofisticada y única suspensión hidroneumática que definió a la marca durante décadas. También, los faros que giran al unísono con el volante para alumbrar en curvas, aunque el tema estético también podría considerarse.
Por otro lado, están aquellos autos que tuvieron tanta popularidad, que al día de hoy son cotizados entre los fanáticos. El Volkswagen Beetle, Mercedes-Benz Clase G o Ford Mustang son algunos ejemplos. En ese orden podemos destacar del primero, las más de 21 millones de unidades vendidas en todo el mundo. Literalmente. Para el segundo, por combinar grandes capacidades todoterreno con motores muy potentes a la par de ofrecer lujo con elementos de hace 40 años (el sonido de las puertas al cerrar es algo que los fans adoran), mientras que para el tercero, simbolizó la deportividad y diversión de un V8 nacido en la época donde la libertad lo era todo.
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Desde una mirada más exquisita, aquellos autos que son limitados o con récords especiales adquieren, casi en automático, el extra de ser un ícono atemporal. Se viene a la mente el McLaren F1, que fue un superauto que cambió paradigmas en la década de los 90, o el Porsche Carrera GT de 2003, considerado el último hiperauto análogo, pues carece incluso de ABS.
En fin, es un tema tan extenso como apasionante y que tiene perspectivas diferentes donde lo divertido está en compartir aquellas características que vemos en diferentes modelos para pensar si pueden, o no, considerarse como un auto de culto.