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El arrendamiento puro o leasing es un sistema de financiamiento en el que una persona o empresa usa un vehículo como si fuera suyo y paga una renta por esto. Después de finalizar el contrato el cliente tiene la opción de cambiarlo por uno nuevo, comprarlo o renovar.
Esta opción permite a las personas estrenar auto sin la preocupación de gastar dinero de más o la de venderlo a precio devaluado, pues los pagos son menores a los de un crédito.
La ventaja inicial de sacar un auto en leasing es que los pagos iniciales son muy reducidos: menos que un enganche e incluso, en algunos casos, no llevan este pago (varia en todas las marcas).
Si es una empresa quién saca un auto en arrendamiento tiene el beneficio fiscal de que las rentas son cien por ciento deducibles de impuestos; si se trata de una persona física con actividad empresarial puede deducir hasta 6 mil pesos de su renta.
Los clientes se evitan pensar en la depreciación del coche en ningún momento pues si esto sucede no afecta directamente en las rentas que se pagan siempre en el mismo precio durante el contrato.
Otros atributos del arrendamiento es que estarás estrenando un auto cada dos o tres años, dependiendo de los planes que den las agencias.
La principal desventaja de un auto en arrendamiento es que para términos literales el auto no es tuyo. Es por eso que debes revisar tus posibilidades y necesidades para escoger lo que te convenga más: un auto a crédito o en leasing.