Si existe una categoría de vehículos que transmita sensación de poder, tiene que ser el de las pick-ups medianas. Esto no es casualidad, pues en las películas o series de zombis, apocalipsis o con desastres naturales podemos ver este tipo de camionetas salvando a la humanidad. En planos más realistas, cuando están reparando la carretera, son el vehículo que se encarga del trabajo pesado, y muchas veces se trata de una Mitsubishi L200.
El pensamiento que tenía sobre una L200 antes de manejarla, además de ser un producto popular entre diversos profesionales, era que las sensaciones serían toscas dada la orientación que tiene. Ciertamente se siente una marcha como de pick up, pero es más cómoda de lo que tenía en mente.
La versión Limited se vuelve más interesante desde la perspectiva visual por los rines, frente y accesorios en negro brillante que contrastan con la carrocería naranja. A esto se le suman unas llantas todoterreno y características para una capacidad superior fuera del asfalto.
Manejando en ciudad, las dimensiones me sorprendieron en el sentido de que se siente más grande de lo que se ve. Revisando a detalle la ficha técnica, son 5.2 metros de largo , 1.7 metros de alto y 1.8 metros de ancho, lo que obliga a ser cuidadosos, especialmente en estacionamientos o calles angostas. Lo que sí se agradece es que incluso los camiones de transporte público respetan el paso y la visibilidad es excelente dada la posición de manejo elevada.
Pero realmente la ciudad es el ambiente secundario para una L200 , más cuando se tiene tracción 4X4 (la versión base es tracción trasera), así que una visita rápida al bosque es la respuesta para conocer más sobre sus capacidades. Salir del asfalto y cambiar de modo 2H (tracción trasera, mejor para asfalto) y pasar a 4H para conectar el eje delantero transmite confianza sobre el camino sinuoso y húmedo de la mañana en el Desierto de los Leones. Este modo está pensado para mejor adherencia al camino, especialmente cuando no es muy complejo.
Para esta salida de la ciudad, mi familia decidió acompañarme a conocer más sobre un 4X4. Si me lo preguntas, a veces es más divertido llenar un auto de lodo que ir a velocidades extremas por el reto que representa estar en ángulos imponentes detrás del volante.
La búsqueda de un buen lugar para fotos comienza pero el camino con curvas y ligeramente húmedo me hizo pensar en cambiar de tracción trasera (modo 2H) a tracción integral sencilla (4H). Y digo sencilla porque tiene varias posibilidades de adaptarse a toda clase de entornos pero este no era el caso. La ayuda de que las cuatro llantas tuvieran parte de la potencia del motor ayuda a transmitir mayor confianza en estos caminos, y realmente se siente un empuje distinto al acelerar, como si fuera más estable.
Al ir pasando por algunas zonas donde corredores y ciclistas se estacionan para hacer sus actividades, noté que las pick ups también son demandadas por personas que gustan de la aventura en estos lugares donde la señal telefónica se pierde. Sabía que era el sitio adecuado para conocer más sobre L200.
Tras subir unos minutos más, una especie de bahía empedrada atrajo mi atención pero la sorpresa fue encontrar una parte desnivelada con lodo. En fotos puede notarse como un bache cualquiera pero, si te fijas en la suspensión, verás que la rueda trasera está más abajo de lo normal.
“Ahora sí, a mover la perilla de tracción en 4L para combinarlo con los botones de modos de manejo”, pensé. Resulta que la tracción de todas las llantas está diseñada para distinta clase de terrenos, esto mediante el bloqueo del diferencial y la ayuda de la electrónica para gestionar distintos asistentes.
¿Pero, qué es el diferencial? Es la parte mecánica que permite a ambos ejes traccionar según las necesidades del camino, como si fuera una cabra escalando una montaña.
Entre las muchas posibilidades hay modos de nieve, lodo, rocas e incluso asistente de descenso de pendiente. Cada vez entiendo más por qué ingenieros civiles, servicios de emergencia y patrullas en zonas de montaña usan un L200. Si a esto le sumamos que el motor diesel con 178 hp y 317 lb-pie ofrece mayor capacidad de arrastre, tenemos como resultado un producto muy completo.
Las fotos quedaron listas, es momento de bajar y uno que otro charco de la lluvia nocturna se atravesaron en el camino. Dejamos atrás el espíritu aventurero para retornar a la ciudad y con ello, las amenidades para el día a día. El sistema de infoentretenimiento es lo primero que busco para conectar el celular pero esta vez tuvo que ser por Bluetooth ya que el sistema no cuenta con Android Auto ni Apple CarPlay .
Es una pantalla de siete pulgadas pero falta ese toque de modernidad para facilitar su uso, especialmente cuando quieres usar Google Maps al regresar la señal. Lo que sí incorpora son sensores y cámara de reversa, lo que facilita maniobras.
Me hubiera encantado acompañar a un ingeniero civil a su sitio de trabajo para llenar la caja de materiales de construcción o para remolcar algún tipo de maquinaria. Esto porque las cifras para estas tareas son de 920 kilogramos de carga y 2.3 toneladas de arrastre.
Quizá pienses que semejante fuerza está peleada con lo civilizado pero no es así. Los asientos son de tela con buen acojinamiento, hay materiales en negro piano que, aunque no soy fan de este material por lo delicado que es, sí otorga una vista sofisticada pero lo que más me sorprendió fue el nivel de seguridad, tan completo como en un Outlander. Al menos en las dos últimas versiones, hay siete bolsas de aire y control de estabilidad que suman a los usuales sistemas de ABS y EBD.
Por $776,000 encuentras en Mitsubishi L200 Limited una pick up para aventura o trabajo sin descartar amenidades para cuando manejes en ciudad. Una renovación en el tema de infoentretenimiento sería interesante pero quien compra este vehículo busca otros objetivos. Además de las capacidades, se puede comprobar su durabilidad tras observar el ritmo de vida que llevan esas L200 que vemos en minas o alguna obra.