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La emoción de manejar fuera de los caminos convencionales es una experiencia que solo se entiende una vez que se hace de manera adecuada. Esta aventura nos demuestra que manejar a bajas velocidades no impide sentir adrenalina, nervios y conmoción de lo que sucede a nuestro alrededor.
Históricamente, han existido tres marcas que han sabido amaestrar esta tarea con productos que se han ganado la categoría de legendarios. Estos son la Jeep Wrangler, la Mercedes-Benz Clase G y la Land Rover Defender .
Esta última (Land Rover Defender) había anunciado el cese de su producción en 2016 y tan solo tres años después, regresó reinventada para defender su posición como una SUV todoterreno que combina todas las capacidades de dominar cualquier superficie con un aspecto inconfundiblemente tan único como encantador.
Técnicamente, el diseño de la nueva Land Rover Defender sigue los trazos del modelo originalmente presentado en 1948. Sin embargo, la reinterpretación de nuestros días le otorga un aspecto futurista, irreverente y que puede dividir opiniones entre quienes la vean pasar.
A pesar de las enormes dimensiones de su carrocería, los faros traseros y delanteros son de proporciones pequeñas y los bordes del cuerpo de la carrocería son redondeados, lo cual desentona de la tradicional imagen angulada de las generaciones previas.
Al interior de la Land Rover Defender encontramos un ejercicio de diseño que conjuga una apariencia minimalista con alta carga tecnológica. Al entrar a su espaciosa cabina, nos sentimos al comando de un vehículo que puede viajar a través de la superficie lunar, pues combina detalles de aspecto rudo como remaches expuestos en los paneles de las puertas y una viga de magnesio que recorre todo el ancho del tablero.
Esta no es simplemente estética, sino también es estructuralmente funcional con pantallas táctiles que sirven para controlar las funciones de infoentretenimiento y al mismo tiempo, desplegar el abanico de herramientas tecnológicas que convierten a la Defender en uno de los mejores todoterreno del mundo.
Desde estos modernos monitores, el conductor puede elegir el modo de manejo, manipular la altura de la Defender, activar o desactivar la suspensión neumática y tener una visualización de 360 grados, gracias a una gran cantidad de cámaras colocadas a lo largo del vehículo. Esto, entre muchos otros gadgets que la todoterreno de Land Rover tiene para divertirse y sortear los terrenos más complicados.
Mecánicamente, la Land Rover Defender ofrece dos variantes de poder, un motor de cuatro cilindros turbocargado y un propulsor de seis cilindros con la misma asistencia mecánica. Nosotros tuvimos la oportunidad la versión First Edition , la cual equipa el motor de seis cilindros en línea con turbocargador que es capaz de generar 395 caballos de fuerza y 405 libras-pie de torque.
Esta potencia está a la par de la monstruosidad de su cuerpo (5 metros de largo y casi 2 metros de altura), pues solo basta presionar el acelerador con gentileza y un empuje vigoroso nos hace avanzar en el camino. Esto resulta sumamente importante al momento de pasar del asfalto a la brecha, pues a medida que las irregularidad del terreno se presentan, y algunas de las llantas pierden contacto con el suelo, el diferencial, suspensión y motor trabajan en conjunto para avanzar sin esfuerzo alguno entre piedras, lodo o arena.
La facilidad con la que la Defender se mueve entre terrenos irregulares es idéntica a la suavidad y docilidad que presenta cuando la manejamos en calle o carretera. Resulta impresionante cómo este vehículo se adapta a las condiciones de la ciudad para conducirse como una SUV familiar y cómo en carretera se transforma en un auto firme, directo y que, sin presentar sobresaltos, alcanza velocidades cercanas a los 190 km/h.
La nueva Land Rover Defender destaca entre los nombres más arraigados de los todoterreno por una configuración que mantiene la esencia que su historia demanda, pero con muchísima tecnología y calidad de una marca premium.
Resulta un excelente escalón entre la Jeep Wrangler y la Clase G de Mercedes-Benz sin hacer concesiones entre las capacidades de estos dos modelos.
La Land Rover Defender tiene un precio de entrada que ronda en 1 millón 300 mil pesos, mientras que la versión que manejamos tiene un valor de 1 millón 634 mil pesos.