De algunos años a la fecha, casi todas las marcas de autos que quieran formar parte del futuro miran hacia un camino electrificado o, en su defecto, híbrido para reducir las emisiones contaminantes. Desde gigantes de la industria como Volkswagen , hasta pequeños armadores de hiperautos como Rimac, todo indica que, en algunos años, estaremos manejando propuestas 100 por ciento eléctricas que son amigables con el medio ambiente.
Sin embargo, muy esporádicamente, llegan productos que rompen con todos los esquemas futuros de movilidad “inteligente”. Potencia bruta, motores grandes y ruido descomunal por donde sea que pases son elementos que poco a poco iremos perdiendo a futuro, pero hoy en día pueden disfrutarse en vehículos como la Dodge Durango SRT Hellcat .
Esta SUV de la firma americana recibe el tratamiento “SRT” para colocarla como la camioneta de 3 filas de asientos más poderosa del mundo . Pero no solo se trata de un motor más grande, sino de un completo retoque en todos los sentidos para que, pese a su tamaño, no pierda esa esencia de Muscle Car que caracteriza a los productos con el emblema Hellcat.
Como dictan los cánones de SRT , la Durango Hellcat echa mano de un kit de carrocería especial que la hace ver más ruda en el camino. Un parachoques con dos entradas de aire en los extremos, parrilla negra con tramado especial, toma de aire funcional en el cofre y un par de líneas de carreras negras nos dan a entender desde el primer momento que estamos frente a una camioneta única en su especie.
Tan es así, que sería difícil nombrar otra camioneta con 3 filas de asientos que las famosas “Racing Stripes” de serie. En Dodge saben su mercado, y esta camioneta apunta desde el primer momento a esos amantes del poder americano que desean lucir rudos en el camino.
Si bien es prácticamente la misma base desde 2014, Durango SRT Hellcat deja ver trazos frescos, como un cuerpo de iluminación con LEDs delgados en ambos extremos, rines de gran tamaño y una doble salida de escape de gran tamaño que merece aplausos por el sonido que emite.
Como era de esperarse, los emblemas Hellcat se hacen presentes en las salpicaderas delanteras, parrilla y tapa de la cajuela.
Con 5.1 metros de largo y 1.9 metros de ancho está lejos de ser un vehículo compacto. Sus dimensiones no son problema alguno cuando agarramos carreteras o vías primarias de la Ciudad de México, pero se sufre en las pequeñas calles del centro de la ciudad o estacionamientos subterráneos.
Un elemento que nos gustaría destacar es su relativa “sobriedad” para los ojos no entrenados. A las personas por la calle les resultaba sorprendente que una camioneta familiar emitiera tal sonido cuando pisabas el acelerador a fondo, resultando imponente en todos los sentidos.
En algunos productos deportivos suele pasar un fenómeno: las marcas se empeñan tanto en la estética exterior, que se olvidan por completo de retocar el interior para brindar ese mismo sentimiento.
Al abrir la puerta nos recibe un interior de piel roja, fibra de carbono por donde miremos y, por si fuera poco, el emblema SRT en la parte central del volante para recordarnos que estamos por manejar un vehículo especial.
El clúster es una rara mezcla de digital con análogo, pues cuenta con una pantalla central donde se despliegan datos sobre el vehículo, pero a un lado encontramos medidores convencionales para la temperatura del motor, nivel de combustible y velocidad.
Cabe mencionar que esta pantalla central despliega un gran número de datos. Desde la presión con la que pisamos el pedal del freno hasta nuestros tiempos de 0 a 100 km/h y fuerzas G, algo que todo comprador de un auto deportivo desea, aunque no sea de mucha utilidad al final del día.
Otro elemento a destacar es el sistema de sonido de 19 bocinas firmado por Harman Kardon. Como melómano a título personal, esto se valora gracias a la fidelidad y definición con la que podremos escuchar nuestras canciones. Mención especial al sistema de graves en la camioneta que, literal, pondrá a vibrar todo si la canción lo permite.
No perdamos el enfoque familiar del producto. Recordemos que en la segunda fila de asientos encontramos un par de pantallas con entrada HDMI o RCA para conectar reproductores de video y consolas de videojuegos para trayectos largos
En ese sentido, la pantalla central de 10.1 pulgadas será todo el entretenimiento que el conductor puede desear. Tiene tanta información disponible, que en una semana no logramos descifrar todos los indicadores y funciones.
Desde medidores de presión de aceite, hasta un asistente de launch control, cronómetros de vuelta y cuarto de milla, medidores de fuerzas G y más, lo que necesites saber de la camioneta, el sistema UConnect te iluminará.
Eso si, la calidad de los materiales no se percibe como la mejor por poco más de 2 millones de pesos. Es casi un hecho que en cuestión de poco más de un año de uso continuo, la camioneta comenzará a presentar ruidos de ensambles, cuarteaduras en algunos plásticos o desgaste de la tapicería.
Podrá tener un exterior agresivo y un interior con tintes deportivos, pero lo realmente importante de la Dodge Durango SRT Hellcat se encuentra bajo el gran cofre. Ahí, el motor HEMI de 6.2 litros supercargado firmado por SRT roba casi todo el espacio debido a su enorme tamaño.
Por ponerlo en perspectiva, tan solo el supercargador cuenta con 2.4 litros de desplazamiento. Esto quiere decir que el sistema de inducción forzada es más grande que el promedio de motores en los vehículos subcompactos.
Es tanta la potencia en este vehículo, que puede ingresar 30 mil litros de aire a la cámara de combustión por minuto. Se necesitan cerca de 80 caballos de fuerza para hacer girar el supercargador y, si manejáramos en línea recta a todo lo que da la camioneta, el tanque de combustible de 97 litros estaría vacío en 18 minutos.
710 caballos de fuerza
suenan imponentes incluso antes de ponerte al volante. La adrenalina te recorre el cuerpo cada que enciendes el motor y sientes esa vibración en toda la cabina y, aunque no tengas un destino, quieres manejar lo más que puedas.
Pese a tantos productos nuevos con capacidades sobresalientes, hay sensaciones al volante que solamente un HEMI Supercharged podrá darte. Su aceleración es brutal para un vehículo de estas dimensiones y, cuando apenas comienzas a asimilar lo rápido que vas, el chillido del supercargdor ya pide el próximo cambio de velocidad para dar rienda suelta a la potencia.
La dirección no es precisa, la suspensión podría considerarse blanda para un vehículo deportivo y el peso es contraparte si queremos cambiar de dirección rápido, pero todo esto se olvida al momento pisar con fuerza el acelerador.
Pocos son los productos que, al pasar por un túnel, me han hecho bajar la ventana y pisar a fondo el acelerador para escuchar el estruendo de los cambios de velocidades y el chillar de un supercargdor que parece pedir más con cada metro recorrido.
La realidad es que, por increíble que sea la nueva Dodge Durango Hellcat, es difícil encontrar una razón para que sea una compra sensata. Por 2 millones 70 mil pesos puedes optar por un Porsche 911 si lo que quieres es deportividad o, bien, por la minivan que desees si lo que estás buscando es espacio para toda la familia.
Lo que es un hecho es que, quien compre una de estas unidades, es un fiel fanático de la marca que no puede llevar a toda su familia en el apretado Challenger Hellcat. La sensación de manejo de un Muscle Car es su principal atributo y con eso tendrá para convencer, en su mayoría, al mercado estadounidense.
Si no te preocupa gastar más de dos mil pesos por llenar el tanque de gasolina, que te durará poco menos de 200 kilómetros, y quieres esa sensación de manejo brutal que solo un Hellcat puede darte, esta Durango es para ti.
Es innegable que el futuro será electrificado, incluso para Dodge, pero por el momento, podemos disfrutar de este tipo de productos que seguro en algunos años se volverán objeto de deseo para los puristas de la combustión interna.