El mercado de los autos familiares ha cambiado sustancialmente en los últimos años. La moda de las SUVs está en pleno apogeo, convirtiéndose en la opción más elegida por los consumidores a nivel mundial.
Prácticamente, todas las marcas están decantándose por este tipo de carrocerías y dejando de lado algunas un tanto más tradicionales, como lo es la minivan, de las que quedan muy pocas opciones en el mercado.
Sin embargo, también nos encontramos en un punto donde este concepto se beneficia de otros avances, como lo es el tema tecnológico, que le permiten convertirse en verdaderos departamentos rodantes y con una carga de equipamiento importante.
La diferencia fundamental está en la naturaleza de las necesidades que solucionan. Mientras que las SUV cada vez ganan más aplicaciones, con capacidades para rodar en otros terrenos, o incluso adoptar siluetas que antes no eran típicas de las camionetas, como lo es la caída coupé, más socorrida en los últimos años; la minivan se mantiene fiel a su esencia: su objetivo es llevar a la familia de la manera más cómoda y con una serie de características que beneficien su uso en el día a día.
Hablando del ejemplar que nos ocupa, la Chrysler Pacífica Pinnacle llega a la redacción siendo el tope de gama para el modelo norteamericano y probablemente la aplicación más lujosa en cuanto a minivanes se refiere.
Es importante mencionar que, en el mercado mexicano, restan 3 modelos de estas dimensiones y características: una es la Pacífica, y restan la Honda Oddyssey y la Toyota Sienna.
En el exterior, nos encontramos que esta variante Pinnacle también integra algunos cambios ligeros en cuanto a diseño se refiere. En el frente esto se aprecia con el diseño de los faros y la manera que interactúan con la parrilla. Hay algunos resaltes en color negro y contrastes muy puntuales con terminaciones cromadas. Los rines son de 20 pulgadas en acabado pulido.
En el interior de nuestra unidad de prueba nos encontramos una configuración con vestiduras de piel en color caramelo que luce muy bien lograda. Además, encontramos amenidades y detalles que vale la pena resaltar: desde los cojines para las plazas traseras, que ayudan a mejorar el confort y el soporte en la zona lumbar, hasta dos pantallas instaladas en la parte trasera de los asientos delanteros, con el servicio de streaming mediante la plataforma Amazon Fire TV, y un sistema de audio firmado por Harman Kardon, de 19 altavoces, que ofrecen una experiencia excelente en cuanto a calidad.
Por lugares de carga no paramos. Además de los tradicionales en los costados de las puertas, y entre los asientos delanteros, también encontramos que debajo del piso frente a la segunda fila hay unas compuertas que nos permiten acceder a un espacio adicional. En este caso, ahí es donde se encuentran los accesorios para la aspiradora con la que viene integrada la Pacífica.
Además de estos detalles, existen otros de enfoque funcional que suman en cuanto al confort de uso, por ejemplo, que todas las puertas son de operación eléctrica. Se pueden abrir o cerrar al toque de un botón. También el abatimiento de los asientos de la tercera fila se realiza mediante un botón, en caso de que se requiera más espacio de carga.
Otra de las claves dentro de este concepto tiene que ver con el planteamiento mecánico que ofrece la Pacifica . Debajo del cofre, encontramos el motor Pentastar de seis cilindros en “V” y 3.6 litros de desplazamiento. Desarrolla 287 caballos de fuerza y 262 lb-pie de par. La transmisión es automática de nueve velocidades y la tracción es delantera.
Por la configuración del tren motriz, nos encontramos un empaque que ofrece un desempeño más que suficiente. Cuando todos los asientos están ocupados, podemos llegar a percibir que hace falta un poco de potencia en bajas revoluciones, que corresponde a la aspiración natural. Una vez ganadas vueltas en el motor, esto se compensa y lleva a la minivan a las velocidades crucero, donde la calidad de marcha es lo que sale a relucir.
La suspensión es lo suficientemente suave para ofrecer el confort de carretera que uno esperaría de un vehículo familiar sin llegar a un punto de balanceo excesivo. El complemento a esta particularidad es la insonorización de la cabina, que no deja pasar casi ningún ruido del exterior, incluyendo el motor.
Así, podemos resumir que la Pacífica Pinnacle es un producto que emana madurez en el buen sentido, con un tren motor consagrado y una concepción que cumple en cada uno de los apartados que una familia podría pedir. Pensando un poco a futuro, se antojaría que las variantes híbridas lleguen al mercado mexicano y, por qué no, pensar en alguna variante electrificada que mantenga vigente la silueta.