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La Ford Bronco es uno de esos productos que, desde su develación, ha levantado una buena cantidad de comentarios. Ya sea por su apariencia, por las capacidades que en papel podemos leer o porque posee uno de los nombres de más abolengo en la historia de Ford.
Nos llegó el momento de ponernos tras el volante de la quinta generación del todoterreno para descubrir si el nombre y su comportamiento son correspondientes. Y, para ello, la marca del óvalo azul nos preparó una breve pero sustanciosa ruta de manejo.
Ford Bronco llegará en configuraciones de 2 y 4 puertas. Asimismo, el motor es un Ecoboost, uno de 2.3 litros de desplazamiento que genera 300 hp y 325 lb-pie, se acopla a una transmisión automática de 10 cambios y la tracción, evidentemente, es 4x4 .
La lista de equipamiento y capacidades a destacar es bastísima. Por un lado, tenemos sistemas como el Trail Turn Assist, que permite bloquear una de las ruedas traseras al girar para reducir el diámetro de giro y poder maniobrar con mayor facilidad en espacios estrechos. Esto también puede utilizarse traviesamente para derrapar en círculos por pura diversión.
Por otro lado, tenemos que la barra estabilizadora es desconectable mediante un botón. Para una jornada de todoterreno, la maravilla de este sistema es que se puede operar incluso cuando la camioneta está completamente inclinada. Pulsas el botón y el sistema libera la barra, permitiendo la torsión completa del esquema de suspensión para mejorar la tracción en maniobras de alto grado técnico.
Una de las grandes sorpresas del día fue el sistema de suspensión. Se trata de un esquema que tiene doble horquilla en el eje frontal, pero han sido reforzados para resistir el castigo. La comodidad que ofrece la puesta a punto de suspensión, cuando se está rodando en medio del cerro, es destacable. Por otro lado tenemos los diferentes modos de manejo y, sobre todo, el selector electrónico de tracción.
Al toque de un botón podemos seleccionar si opera la reductora para tener mayor torque y poder sortear obstáculos de gran tamaño o inclinación, o desconectar el eje delantero cuando así se requiere. Así mismo, se cuentan, de acuerdo a la versión (Outer Banks o Bad Lands) entre seis y siete modos de manejo que configuran motor, transmisión, tracción y asistencias para adecuarse a las necesidades del terreno.
En la variante tope de gama (Bad Lands) se tiene un modo “Baja” que ajusta todo para andar rápido y constante en terrenos como el de la Baja 1000, donde nació la Bronco a finales de los años sesentas.
Otro apartado que puede tomarnos un buen tiempo abarcar es el tema del equipamiento. Empezando por la integración de pantallas tanto en el cluster como la enorme pantalla central, de 12 pulgadas, con toda la conectividad que puedes esperar. El sistema SYNC de cuarta generación ha mejorado mucho en cuanto a facilidad de uso y, sobre todo, en lo amigable que es navegar por los menús.
El sistema de sonido, firmado por Bang & Olufsen, cuenta con 10 bocinas y un subwoofer, y ofrece un desempeño muy bueno en cuanto a fidelidad y también a potencia. Es una todoterreno, pero no es el interior espartano que te puedes imaginar. Tiene toda “la farmacia” en lo que a equipamiento se refiere.
Otro punto a mencionar es el tema de seguridad, pues, a pesar de su enfoque agreste, la Bronco cuenta con seis bolsas de aire, entre las que se incluyen del tipo cortina, además de frontales y laterales. Esto es un elemento a destacar cuando se considera que tanto el techo como las puertas son 100% abatibles. En caso de una volcadura, a pesar de ir al descubierto, se va protegido.
Uno de los riesgos al andar en la intemperie es que te tome la lluvia por sorpresa o que te encuentres con un charco lo suficientemente grande como para que el agua permee al interior. Pensando en esto, se cuenta con un habitáculo 100% lavable e incluso se instalaron tapones de desagüe, para que el interior sea mucho más fácil de limpiar cuando se acumula el lodo.
En cuestiones de precios, estos van de $1,239,000 a $1,350,000 de acuerdo a la versión y sin considerar que tenemos infinidad de accesorios para personalizar, entre cuestiones estéticas y otras muy funcionales, como una edición radical conocida como “Sasquatch”.