Es bien sabido que la diversidad en el mercado brinda un escenario más favorable para el consumidor, pues las posibilidades de comprar un producto con el que buscamos cubrir una necesidad se puede ajustar de mejor manera a nuestro bolsillo o cierto aspecto específico. Sin embargo, en el mundo del lujo los parámetros de lo práctico, lo económico y lo eficiente no son la prioridad entre sus consumidores.
Ellos prefieren el confort en el andar del auto, una excelente calidad entre las pieles que visten los asientos y componentes del interior, detalles tecnológicos que hagan la vida más fácil y sobre todo, una sensación de diferenciación contra un producto de volumen.
Históricamente, quienes mejor partida han sacado (y argumentativamente han marcado las reglas de este juego) son las marcas alemanas (Audi, BMW y Mercedes-Benz), pues siempre se han colocado como el referente de este segmento para los nuevos contendientes.
No obstante, Acura asume que el concepto de lujo tiene muchas interpretaciones y por eso, deja de perseguir a los estándares establecidos por las marcas alemanas y ahora presenta la cuarta generación de su SUV más grande con un perfil de minimalismo y elegancia orientada hacia una filosofía que bien podría asociarse a los valores de lo “zen”.
El desistir de ser como las alemanas es algo reciente en la historia de Acura y en ese sentido, la nueva MDX rompe con su predecesora en diseño para mostrar ahora un lenguaje de formas mucho más fluido y sin muchas estridencias en su carrocería.
La parrilla es de dimensiones grandes y esta misma tendencia se mantiene en las entradas de aire y cuerpo lumínico. Acura deja de lado el ejercicio de poner muchos faros en el frente del auto y en su lugar, podemos ver un par de lumbreras de tamaño considerable.
Este mismo principio se mantiene en la parte posterior y el resultado es un aspecto sumamente elegante y limpio sin dejar de lado la intención de imponer con su presencia.
La ejecución del “menos es más” de Acura es aún más notable en el interior pues, ahí la renovación favorece al protagonismo de la pantalla central en el diseño y la funcionalidad. Y es que este nuevo monitor de 12.3 pulgadas está colocado de una manera en la que pareciera estar incrustado en el tablero del auto y, a partir de este posicionamiento, el resto de los elementos encuentra cabida.
En la superficie del interior de la nueva Acura MDX encontramos plásticos suaves y texturizados de excelente manufactura debajo de esto se aloja una enorme pieza de piano black que recorre de costado a costado la consola del auto y en la parte inferior, hay un juego de materiales de piel y madera rematan la propuesta de materiales de este modelo.
Esta mezcla da como resultado un espacio sobrio, interesante y de agradable aspecto para un vehículo que por mucho tiempo no despertaba grandes emociones.
El estreno de una plataforma más amplia genera que haya más espacio en el interior de este modelo y de esa manera, los ocupantes de las tres filas viajen de manera cómoda. Es de destacar que el nivel de detalle con el que está compuesto el interior de la primera fila se mantiene por todo lo largo de este modelo.
Si bien este modelo estrena una plataforma que, además de renovar el espacio interior del auto, mejora las sensaciones a bordo del mismo, el motor es el mismo V6 que estaba presente en la generación anterior.
Este es el posible “talón de Aquiles” de la Acura MDX pues, si bien no carece de poder, existen modelos de ese segmento que son más vigorosos en su aceleración inmediata. En seguimiento con la tendencia de algunas marcas que han dejado de ofrecer versiones de entrada, Acura presenta su nueva propuesta de lujo “zen” con una sola variante que tiene un costo de un millón 299 mil 900 pesos.