Uno de los autos eléctricos que recientemente se presentó y manejamos en Autopistas fue el Volvo EX30, el SUV electrificado más pequeño, y barato, de la marca sueca. Parte del secreto de lo que probablemente ya sea un éxito en ventas, está en el precio. En México, de los $649,900 a los $799,900 que para un vehículo eléctrico de lujo es sumamente competitivo.
La pregunta es, ¿cómo le hicieron para conseguir estos precios? La respuesta está en que se produce en China. Además de Volvo, marcas como BYD, MG y GWM llegan a México con una fuerte ofensiva de electrificación a costos atractivos para los consumidores.
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En primer lugar, hay que dejar atrás el prejuicio de que lo hecho en China está mal hecho, porque no es así. Seguido de ello, uno de los motivos por los que los autos eléctricos fabricados en el gigante asiático son más baratos para el consumidor radica en que el gobierno ofrece incentivos importantes a las armadoras para fabricar vehículos con esta tecnología.
Bajo el New Energy Vehicle Industry Development Plan, pensado de 2021 a 2035, los subsidios para crear autos eléctricos han reducido el costo de compra de los mismos, según reporta Jato Dynamics. El costo de la mano de obra también es un factor importante, pues es menor que en otras regiones del mundo.
Pero antes de llegar a las líneas de producción, está el tema de los materiales necesarios para crear baterías. De acuerdo a una investigación de The New York Times, China es responsable del control del cobalto en aproximadamente un 41%, y del 28% litio, que son dos minerales esenciales para las baterías más sofisticadas de largo alcance. Incluso, el refinamiento de estos materiales y la fabricación de componentes esenciales para baterías pasan por China antes de llegar a otros países.
Es decir, fabricar una batería de auto eléctrico en China para un vehículo chino es más barato que hacerlo en Alemania o Estados Unidos. Viéndolo de una manera más burda, es como comprar una chamarra directamente del fabricante a comprarla en una tienda en otra ciudad, donde los costos de envío, comisiones y demás van incluidos en el costo total.
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Es aquí donde las marcas occidentales, de la mano de sus alianzas y uniones con empresas chinas, juegan estratégicamente para fabricar sus autos en China a un costo menor pero con la calidad y desarrollo que los caracteriza, así como el Volvo EX30.
Por otro lado, marcas como SEV, que tienen el auto eléctrico más barato de México con el E-Wan, desde $379,990, responde a que la industria automotriz china, con todo el apoyo a fabricantes y compradores de vehículos con esta tecnología, ofrecen modelos en todos los segmentos. Desde pequeños coches urbanos hasta minivans de lujo, como el Zeekr 009 o incluso el Tesla Model Y.
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